A veces es difícil pensar en los santos y los ángeles cuando nuestra vida en la tierra puede parecer solitaria y aislada, sobre todo si nos esforzamos por ser buenos cristianos y parece que todo el mundo en nuestra comunidad local trabaja en nuestra contra.
Es precisamente en esos momentos cuando necesitamos recordarnos a nosotros mismos que no estamos solos.
Fans celestiales
San Francisco de Sales comenta esta realidad en su Introducción a la vida devota, invitando a sus lectores a imaginarse una escena celestial, centrándose primero en cómo Jesús y su Santísima Madre están allí, invitándonos a elegir el Cielo:
"Considera que Jesucristo, entronizado en el Cielo, te mira con amorosa invitación: '¡Oh amado, ven a Mí, y goza para siempre en la eterna bienaventuranza de Mi Amor!'
Contempla a Su madre anhelándote con ternura maternal: 'Ánimo, hijo mío, no desprecies la Bondad de mi Hijo, ni mis fervientes oraciones por tu salvación'"
Imaginar a los santos
Luego nos invita a imaginarnos a todos los santos animándonos:
"Contempla a los santos, que te han dejado su ejemplo, a los millones de almas santas que te persiguen, deseando fervientemente que un día te unas para siempre a ellos en su canto de alabanza, exhortándote a que el camino al cielo no es tan difícil de encontrar como el mundo te quiere hacer creer. 'Sigue adelante con valentía, querido amigo', claman. 'Quien medite bien el camino por el que llegamos hasta aquí, descubrirá que llegamos a estas delicias presentes con alegrías más dulces que las que este mundo puede dar'.
Todos en el Cielo nos animan, pues quieren que compartamos su alegría.
Puede que no podamos verlos con nuestros ojos físicos, pero si estamos abiertos a su presencia espiritual, podemos sentir la paz que traen.
Piensa en el ejemplo de los que están en el cielo
San Francisco de Sales termina su meditación con las siguientes palabras:
"Piensa con amor en el ejemplo que te han dado la Santísima Virgen y los santos, y esfuérzate por seguirles. Entrégate a tu Ángel de la guarda, para que sea tu guía, y ármate de nuevo de valor para hacer esta elección".
Podemos sentirnos solos, pero no lo estamos, y millones de santos nos esperan en el Cielo, esperando y rezando para que tomemos las decisiones correctas en la tierra.
Philip Kosloski, Aleteia
Vea también Los Ángeles
No hay comentarios:
Publicar un comentario