Francisco volvió a rezarlo en la Plaza de San Pedro.
Tras un inhabitual retraso de cinco minutos, el Papa se asomó este domingo al balcón del palacio apostólico para rezar el Ángelus con los fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
Francisco volvió a pedir por el final de las guerras en Ucrania, Myanmar/Birmania (afectada además, junto con Vietnam, por un violento tifón al que también hizo referencia) y Oriente Medio: "¡Cuántas víctimas inocentes! Pienso en las madres que han perdido a sus hijos en la guerra... ¡Cuántas vidas jóvenes truncadas!" El pontífice pidió la continuación y éxito de las negociaciones y mostró su cercanía a las familias de los israelíes secuestrados por Hamás.
Asimismo, el Papa felicitó a los mexicanos y pidió un aplauso por la beatificación este sábado del sacerdote Moisés Lira Serafín (1893-1950), quien entregó su vida a "ayudar a las personas a progresar en la fe y en el amor al Señor".
El pasaje del Evangelio del día que comentó el Papa antes del Ángelus se refiere a la pregunta de Jesús a sus discípulos sobre quién creen ellos que es Él. Y Pedro le responde bien, diciendo que es el Cristo, pero "cuando Jesús comienza a hablar del sufrimiento y de la muerte que le esperan, el propio Pedro se opone", recibiendo una dura recriminación: "¡Apártate de mi, Satanás!". El apóstol, explicó Francisco, ha respondido "según una mentalidad que imagina un mesías fuerte y victorioso que no puede sufrir ni morir".
Ante esta la actitud de Pedro, también podemos nosotros interrogarnos, continuó, "qué significa de verdad conocer a Jesús". Las palabras de San Pedro son justas, pero "él debe aún cambiar su mentalidad, aún debe convertirse": "Esto es un mensaje importante también para nosotros. También nosotros hemos aprendido cosas sobre Dios, conocemos la doctrina, rezamos las oraciones correctamente", y a la pregunta de quién es Jesús "respondemos bien con cualquier fórmula que hemos aprendido en el catecismo".
Los fieles congregados este domingo para escuchar al Papa. Foto: captura Vatican Media.
Pero ¿estamos seguros de que esto significa conocer de verdad a Jesús?, se preguntó Francisco: "Para conocer al Señor no basta saber algo de Él, sino que hay que seguirle, dejarse tocar y cambiar por su Evangelio. Se trata de tener con Él una relación, un encuentro".
Ese encuentro "cambia la vida, cambia el modo de ser, cambia el el modo de pensar, cambia la relación con los hermanos, la disponibilidad a perdonar, cambia las decisiones que tomamos en la vida. Todo cambia si de verdad has conocido a Jesús".
Francisco citó al teólogo y pastor luterano Dietrich Bonhoeffer (1906-1945), víctima del nazismo, quien dijo: "El problema que no me deja tranquilo es saber qué es hoy realmente para nosotros el cristianismo, e incluso quién es Cristo".
"Desgraciadamente, muchos ya no se plantean esta pregunta y siguen tranquilos, adormecidos, incluso lejanos de Dios", concluyó el Papa: "Por el contrario, es importante que nos preguntemos: ¿me dejo incomodar? ¿Me pregunto quién es Jesús para mí y qué lugar ocupa en mi vida?".
ReL
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