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sábado, 30 de noviembre de 2024

Oración para encender la primera vela de la corona de Adviento

 

CORONAS



El Adviento comienza y, con esta oración, encenderemos, en familia, la primera vela de la corona que nos anuncia que el Salvador nacerá pronto

El Adviento, palabra latina que significa "venida", indica la preparación que debemos vivir los cristianos para el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, el cual dura cuatro semanas. Aleteia tiene una sugerencia para hacer oración en familia alrededor de la corona y encender una vela cada domingo.

Primer domingo de Adviento

La promesa de salvación

Para empezar:

Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

(Se apagan las luces, un lector toma la biblia y lee Génesis, capítulo 3)

La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho, y dijo a la mujer: "¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?"

La mujer le respondió: "Podemos comer los frutos de todos los árboles del jardín. Pero respecto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: No coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario quedarán sujetos a la muerte".

La serpiente dijo a la mujer: "No, no morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal".

Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tomó de su fruto y comió; luego se lo dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió.

Entonces se abrieron los ojos de los dos y descubrieron que estaban desnudos. Por eso se hicieron unos taparrabos, entretejiendo hojas de higuera. Al oír la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre los árboles del jardín.

Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?" "Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí". El replicó: "¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?"

El hombre respondió: "La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él". El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Cómo hiciste semejante cosa?". La mujer respondió: "La serpiente me sedujo y comí".

Y el Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida.

Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón".

Y el Señor Dios dijo a la mujer: "Multiplicaré los sufrimientos de tus embarazos; darás a luz a tus hijos con dolor. Sentirás atracción por tu marido, y él te dominará".

Y dijo al hombre: "Porque hiciste caso a tu mujer y comiste del árbol que yo te prohibí, maldito sea el suelo por tu culpa. Con fatiga sacarás de él tu alimento todos los días de tu vida. El te producirá cardos y espinas y comerás la hierba del campo. Ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!"

El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientes. El Señor Dios hizo al hombre y a su mujer unas túnicas de pieles y los vistió.

Después el Señor Dios dijo: "El hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que ahora extienda su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre".

Entonces expulsó al hombre del jardín de Edén, para que trabajara la tierra de la que había sido sacado. Y después de expulsar al hombre, puso al oriente del jardín de Edén a los querubines y la llama de la espada zigzagueante, para custodiar el acceso al árbol de la vida.

Palabra de Dios.

R= Te alabamos, Señor.

(Después el guía da la siguiente explicación):

Adán y Eva se dejaron engañar por el demonio al pensar que podían saber más que Dios y hacer lo que Él había prohibido. Así comenzó el pecado en el mundo y todo se volvió oscuridad para el hombre, pues el pecado nos aleja de Dios, pero Dios prometió enviarnos a un Salvador.

Vela

Meditemos:

Hoy se enciende la primera vela, que es la vela del arrepentimiento. El color de la vela nos recuerda que es un tiempo de penitencia, de conversión.

Oración

Que esta corona nos ayude a preparar los corazones de cada uno de los que formamos la familia para tu llegada el día de Navidad. Te lo pedimos, Señor.

Para terminar

Te damos gracias, Señor, por mandarnos a tu Hijo a salvarnos y te pedimos ayuda para preparar nuestro corazón a la venida de Cristo. Amén

Cantar

Se puede concluir con un canto que todos conozcan ("Ven, ven Señor, no tardes, o algún otro).

Mónica Miñoz, aleteia

Vea también      Corona de Adviento, Calendarios
y otros Recursos para celebrar el Adviento y la Navidad



Especialmente para los hermanos que NO suelen ir a Misa los Domingos para que descubran lo que están perdiendo

 Aquí podemos ofrecer sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa

En unión con todas las Misas que se celebran a través del mundo.

Padre Eterno, yo te ofrezco la preciosísima Sangre de tu Divino Hijo Jesús en unión con las Santas Misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas ánimas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores de la Iglesia Universal, por aquellos en mi propia casa y dentro de mi familia.

Oración de Santa Gertrudis

¡Falté al respeto a Jesús sacramentado!

Cuenta San Pío de Pietrelcina: Una tarde, mientras estaba solo en el coro orando, vi a un fraile joven, quitando el polvo del altar mayor y colocando floreros; en una palabra, arreglando el altar. Creyendo que era fray León, me asomo y le digo:

- Fray León, vete a cenar, no es momento de arreglar el altar.

Entonces, una voz, que no era la de fray León, me responde:

- No soy fray León.

- Entonces, ¿quién eres?

- Soy un hermano tuyo, que hice aquí el noviciado. La obediencia me dio el encargo de limpiar el altar mayor durante el año de noviciado. Pero, muchas veces, falté al respeto a Jesús sacramentado, pasando delante del altar sin hacer la genuflexión ni reverenciar a Jesús que estaba en el sagrario. Por estas graves faltas estoy todavía en el purgatorio. Ahora el Señor, en su infinita bondad, me ha enviado a ti para que pueda salir de aquí, cuando celebres una Santa Misa por mí.

Scozzaro Giulio Maria
Adorazione eucaristica 1997

Defendemos eficazmente la causa de las almas del purgatorio.

Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo; es, por tanto, para nosotros el acto más saludable.

En ella recibimos las gracias del arrepentimiento y de la justificación, así como ayuda para evitar las recaídas.

En ella encontramos el soberano medio de practicar la caridad para con los demás, aplicándoles, no ya nuestros escasos méritos, sino los infinitos de Jesucristo, las inmensas riquezas que a nuestra disposición pone. En ella defendemos eficazmente la causa de las almas del purgatorio y alcanzamos la conversión de los pecadores.

La misa es para el cielo entero un motivo de gozo y produce a los santos un aumento de gloria exterior.

San Pedro Julián Eymard

¡Qué dulce purgatorio puede ser para el alma la Santa Misa!

Ninguna otra penitencia sacramental pueden imponer los confesores a sus penitentes cuyo valor satisfactorio pueda compararse de suyo al de una sola Misa ofrecida a Dios. ¡Qué dulce purgatorio puede ser para el alma la Santa Misa!

P. Antonio Royo Marín O.P.

La Santa Misa y las Benditas Almas del Purgatorio.

Se cuenta en la vida de san Bernardo que estaba un día celebrando misa en Roma, en una iglesia cerca de Tre Fontane, llamada Scala coeli, escalera del cielo. Oraba por los difuntos y, después de la consagración, vio a un ángel descender al purgatorio y llevar un alma al cielo. San Bernardo siguió rezando por estas almas del purgatorio y empezó a subir otra y otra, y se formó como una escalera de almas que subían al cielo. Fue tal la impresión de san Bernardo que les contó esta visión a sus acompañantes y de ahí se empezó a llamar a aquella iglesia scala coeli.


La Santa Misa es el don más grande que se puede ofrecer.

La Santa Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las almas, para sacarlas del purgatorio, librarlas de sus penas y llevarlas a gozar de la gloria.

San Bernardino de Siena


Muchas almas salen del purgatorio y vuelan al cielo.

Por cada Misa que se dice, muchas almas salen del purgatorio y vuelan al cielo.

San Jerónimo





Apostolado de la Santa Misa Diaria
http://www.sancta-missa-cotidiana.org





Evangelio del día - Fiesta de San Andrés Apóstol

 





Carta de San Pablo a los Romanos 10,9-18.

Hermanos:
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado.
Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación.
Así lo afirma la Escritura: El que cree en él, no quedará confundido.
Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan.
Ya que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
Pero, ¿cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él, si nadie lo predica?
¿Y quiénes predicarán, si no se los envía? Como dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pasos de los que anuncian buenas noticias!
Pero no todos aceptan la Buena Noticia. Así lo dice Isaías: Señor, ¿quién creyó en nuestra predicación?
La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo.
Yo me pregunto: ¿Acaso no la han oído? Sí, por supuesto: Por toda la tierra se extiende su voz y sus palabras llegan hasta los confines del mundo.

Salmo 19(18),2-3.4-5.

El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje

y las noches se van dando la noticia.
Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,

resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo.
Allí puso una carpa para el sol

Evangelio según San Mateo 4,18-22.

Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle

San Atanasio (295-373)
obispo de Alejandría, doctor de la Iglesia
Sermón a la alabanza a San Andrés, 2-3 (in Lectures chrétiennes pour notre temps, Abbaye d’Orval, 1971), trad. sc©evangelizo.org


Andrés, primera planta del jardín apostólico

Andrés ha sido el primero en reconocer al Señor como su Maestro, es primicia del colegio apostólico. Su mirada penetrante percibió la venida del Señor. Cambió las instrucciones de Juan por la enseñanza de Cristo, sellando las palabras del Bautista. Era el discípulo apreciado de Juan: a la claridad de su lámpara buscaba la verdad de la Luz. Bajo su tenue brillo, se acostumbraba al resplandor de Cristo.
“Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29), indicó Juan. “He aquí el que libra de la muerte, he aquí el que destruye el pecado. Yo no soy enviado como el esposo sino como el que lo acompaña. He venido como servidor y no como maestro”.
Tocado por estas palabras, Andrés se aleja de Juan y va hacia el que él ha anunciado. Comprendió el significado de ese lenguaje y su palabra deviene más filosa que la del Bautista. Avanza hacia el Señor, su deseo se refleja en su paso y, en un común caminar, lleva con él a Juan el Evangelista. Los dos dejan la lámpara y van hacia el Sol.
Andrés es la primera planta del jardín apostólico. Ha abierto las puertas de la enseñanza de Cristo. Fue el primero en recolectar los frutos del campo cultivado por los profetas. Adelantándose a la esperanza de todos los otros, fue el primero a abrazar al que todos esperaban. (EDD)

Oración de San Andrés ante la cruz en la cual iba a morir

Oh cruz buena,
que fuiste embellecida
por los miembros del Señor,
tantas veces deseada,
solícitamente querida,
buscada sin descanso
y con ardiente deseo preparada!

Recíbeme de entre los hombres
y llévame junto a mi Maestro,
para que por ti me reciba,
Aquel que me redimió por ti muriendo. 

Amén