Invitamos a los matrimonios y a personas interesadas en una familia feliz, a leer y asimilar pasajes de la Exhortación pontifical 'Amoris laetitia' del Papa Francisco.
Las
parroquias al servicio especialmente de los matrimonios jóvenes
228. Es posible que uno de los dos cónyuges no sea
bautizado, o que no quiera vivir los compromisos de la fe. En ese caso, el
deseo del otro de vivir y crecer como cristiano hace que la indiferencia de ese
cónyuge sea vivida con dolor. No obstante, es posible encontrar algunos valores
comunes que se puedan compartir y cultivar con entusiasmo. De todos modos, amar
al cónyuge incrédulo, darle felicidad, aliviar sus sufrimientos y compartir la
vida con él es un verdadero camino de santificación. Por otra parte, el amor es
un don de Dios, y allí donde se derrama hace sentir su fuerza transformadora,
de maneras a veces misteriosas, hasta el punto de que «el marido no creyente
queda santificado por la mujer, y la mujer no creyente queda santifica por el
marido creyente» (1 Co 7,14).
229. Las parroquias, los movimientos, las escuelas y otras
instituciones de la Iglesia pueden desplegar diversas mediaciones para cuidar y
reavivar a las familias. Por ejemplo, a través de recursos como: reuniones de
matrimonios vecinos o amigos, retiros breves para matrimonios, charlas de
especialistas sobre problemáticas muy concretas de la vida familiar, centros de
asesoramiento matrimonial, agentes misioneros orientados a conversar con los
matrimonios sobre sus dificultades y anhelos, consultorías sobre diferentes
situaciones familiares (adicciones, infidelidad, violencia familiar), espacios
de espiritualidad, talleres de formación para padres con hijos problemáticos,
asambleas familiares. La secretaría parroquial debería contar con la
posibilidad de acoger con cordialidad y de atender las urgencias familiares, o
de derivar fácilmente hacia quienes puedan ayudarles. También hay un apoyo
pastoral que se da en los grupos de matrimonios, tanto de servicio o de misión,
de oración, de formación, o de apoyo mutuo. Estos grupos brindan la ocasión de
dar, de vivir la apertura de la familia a los demás, de compartir la fe, pero
al mismo tiempo son un medio para fortalecer al matrimonio y hacerlo crecer.
De la Exhortación ‘Sobre el Amor en la Familia’ (Capítulo VI De la
Exhortación ‘Sobre el Amor en la Familia’ (Algunas Perspectivas Pastorales)
Recemos La Misión de Jesús (y la tuya)
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