de las mil maravillas de la Santa Misa
Una costumbre observada en el mundo entero. |
Ofrecer el sacrificio por el descanso de los difuntos es una costumbre observada en el mundo entero. Por eso creemos que se trata de una costumbre enseñada por los mismos Apóstoles. En efecto, la Iglesia católica la observa en todas partes; y si ella no creyera que se les perdonan los pecados a los fieles difuntos, no haría limosnas por sus almas, ni ofrecería por ellas el sacrificio a Dios. San Isidoro de Sevilla |
La sola oración no es suficiente. |
"¡Perdóname querido amigo!, pero como me hallaba impedido de decir la Santa Misa por ti, recé y me sacrifiqué mucho con esta intención". "Esto no basta -le dijo su amigo-, tu oración no es bastante poderosa para sacarme de estos tormentos. Me hace falta la Sangre de Cristo, esa misma Sangre que se ofrece en la Misa. Si hubieras guardado tu promesa, ya hubiera salido yo de ésta prisión de fuego, y si todavía me quemo en ella es por tu culpa". Beato Enrique Suso |
La Santa Misa y las Benditas Almas del Purgatorio |
Un día le preguntaron a San Pío de Pietrelcina sobre la importancia de rezar por las almas del purgatorio y les dijo: Sobre esta montaña (de san Giovanni Rotondo) vienen más almas del purgatorio a oír mis Misas que hombres y mujeres vivientes para buscar oraciones. |
La Santa Misa es de todas las obras la más santa y divina. |
Es preciso confesar, que la Santa Misa es de todas las obras la más santa y divina. Por su santidad es la más agradable a Dios, como ya hemos demostrado; es la más eficaz para contener el brazo del divino furor alzado contra los pecadores; es la más poderosa para humillar las fuerzas del averno; es la que proporciona mayor sufragio a las Almas del Purgatorio; es en una palabra la obra sobre la cual está cimentada la salud del mundo. San Alfonso María de Ligorio |
La Santa Misa es el don más grande que se puede ofrecer. |
La Santa Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las almas, para sacarlas del purgatorio, librarlas de sus penas y llevarlas a gozar de la gloria. San Bernardino de Siena |
Más vale una Santa Misa en vida que cien después muertos. |
Beata Ana María Taigi asistió al funeral del cardenal Doria y el Señor le hizo entender que los cientos de Misas que el purpurado había dejado encargadas no le servirían a él sino a los pobres, porque durante su vida no había rezado por las almas del purgatorio. Esto también nos podría suceder a nosotros, si en vida no nos preocupamos por ellas. Al fin de cuentas, Dios es el que distribuye los sufragios ofrecidos por nosotros y no basta con dejar dinero para Misas. Más vale "oír" una Santa Misa en vida que cien después muertos. |
Les serán atenuadas las penas del purgatorio. | |
Dice San Jerónimo que a las almas por las que está obligado a orar el que oye la Santa Misa -su padre, su madre, sus parientes y bienhechores-, durante el espacio de tiempo en que oye la Santa Misa, les serán atenuadas las penas del purgatorio. San Vicente Ferrer | |
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