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martes, 16 de diciembre de 2025

Evangelio del día


 

Libro de Sofonías 3,1-2.9-13.

¡Ay de la rebelde, de la impura, de la ciudad opresora!
Ella no escuchó el llamado, no aprendió la lección, no puso su confianza en el Señor ni se acercó a su Dios.
Entonces, yo haré que sean puros los labios de los pueblos, para que todos invoquen el nombre el Señor y lo sirvan con el mismo empeño.
Desde más allá de los ríos de Cus,
mis adoradores, los que están dispersos,
me traerán ofrendas.
Aquel día,
ya no tendrás que avergonzarte de las malas acciones
con las que me has ofendido,
porque yo apartaré a esos jactanciosos prepotentes
que están en medio de ti,
y ya no volverás a engreírte
sobre mi santa Montaña.
Yo dejaré en medio de ti
a un pueblo pobre y humilde,
que se refugiará en el nombre del Señor.
El resto de Israel
no cometerá injusticias
ni hablará falsamente;
y no se encontrarán en su boca
palabras engañosas.
Ellos pacerán y descansarán
sin que nadie los perturbe.


Salmo 34(33),2-3.6-7.17-18.19.23.

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren.

Miren hacia El y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
El lo escuchó y lo salvó de sus angustias.

pero el Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.

El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
Pero el Señor rescata a sus servidores,
y los que se refugian en El no serán castigados.


Evangelio según San Mateo 21,28-32.

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
"¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: 'Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña'.
El respondió: 'No quiero'. Pero después se arrepintió y fue.
Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: 'Voy, Señor', pero no fue.
¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron. Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.
En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle

San Bernardo (1091-1153)
monje cisterciense y doctor de la Iglesia
Sermón 5 “de diversas materias” , 4-5 ( PL 183, 556. “Lectures chrétiennes pour notre temps”, Abbaye d'Orval, 1970), trad. sc©evangelizo.org


La voluntad de Dios es vida

El primer grado de la contemplación es pensar constantemente qué es lo que quiere el Señor, qué es su placer, lo que le agrada. Todos lo ofendemos en algo y nuestro orgullo choca contra la rectitud de la voluntad del Señor, cuando no podemos aceptarla ni ponernos de acuerdo con ella. Humillémonos bajo la poderosa mano de Dios altísimo y esforcémonos en poner nuestra miseria a la mirada de su misericordia, con estas palabras: “Sáname, Señor, y quedaré sano, sálvame y estaré a salvo” (Jr 17,14). Y también esas palabras: “Ten piedad de mí, Señor, sáname, porque pequé contra ti” (Sal 41,5).
Una vez que se ha purificado la mirada de nuestro corazón con esos pensamientos, ya no nos ocupamos con amargura en nuestro propio espíritu, sino de las delicias del Espíritu de Dios. Ya no vamos considerando cuál es la voluntad de Dios respecto a nosotros, sino cuál es su voluntad en sí misma. Ya que la vida es la voluntad del Señor, indudablemente lo más ventajoso y útil será acordarnos con su voluntad. Por eso, si nos proponemos de verdad conservar la vida, pongamos verdadero empeño en no apartarnos del camino de la voluntad divina. (EDD)

Reflexión sobre el cuadro

Al final de la lectura del Evangelio de hoy, Jesús dice algo que debió escandalizar a sus oyentes. Les dice a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos que los recaudadores de impuestos y las prostitutas entrarán en el reino de Dios antes que ellos. Al hacer esto, revocó las suposiciones habituales sobre quién estaba cerca de Dios y quién no. La gente suponía que la santidad se encontraba entre los líderes religiosos, los respetables por fuera, los que cumplían las reglas. Jesús sugiere lo contrario: que Dios puede estar actuando en las mismas personas que la sociedad desprecia o juzga.

Nosotros también podemos juzgar rápidamente a los demás, especialmente en un contexto religioso. Es fácil suponer quién está “dentro” y quién está “fuera”, quién está cerca de Dios y quién está lejos, basándonos en lo que vemos en la superficie. Sin embargo, sólo Dios conoce la verdadera historia... las batallas ocultas, los silenciosos actos de bondad, el anhelo de gracia que yace bajo la vida de una persona.

En este contexto, es interesante pensar en Les Demoiselles d'Avignon de Pablo Picasso, una de las representaciones de prostitutas más famosas y controvertidas del arte occidental. Pintada en 1907, muestra a cinco mujeres de un burdel de Barcelona, que se enfrentan al espectador con rostros atrevidos y poco idealizados y cuerpos angulosos. Picasso no las pintó para celebrar su profesión, sino para desafiar a los espectadores a enfrentarse a la humanidad que a menudo se oculta tras las etiquetas, los juicios y la vergüenza social, algo no muy distinto de las personas que Jesús acogió en el Evangelio de hoy.

Lo que conmocionó al mundo del arte en 1907 no fue sólo el tema, sino la forma radical en que Picasso lo pintó. Les Demoiselles d'Avignon es considerado por muchos el primer gran paso hacia el cubismo, el movimiento que Picasso desarrolló más tarde con Georges Braque. El cubismo rompía con la perspectiva tradicional; en lugar de mostrar un solo punto de vista, fracturaba las formas en facetas afiladas, presentando múltiples ángulos a la vez. Era una forma de decir que la realidad es más compleja de lo que puede captar un solo punto de vista, como la propia alma humana.

En cierto modo, esto refleja lo que hace Jesús en el Evangelio de hoy: Nos pide que veamos más allá de las apariencias, que miremos más allá de las etiquetas que pone la sociedad, y que reconozcamos la dignidad, la profundidad y el valor sagrado de cada persona, especialmente de aquellas a las que el mundo juzga más rápidamente.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración



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