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miércoles, 9 de septiembre de 2020

Especialmente para los que NO suelen ir a Misa los Domingos: Vea lo que está perdiendo

Aquí podemos ofrecer sólo unos cuantos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa

Sobre la mesa del Señor está el misterio que sois vosotros mismos.
Si vosotros sois el cuerpo y los miembros de Cristo, sobre la mesa del Señor está el misterio que sois vosotros mismos y recibís el misterio que sois vosotros. A lo que sois respondéis con el Amén, y con vuestra respuesta lo rubricáis. Se te dice: "El Cuerpo de Cristo", y respondes: "Amén". Sé miembro del cuerpo de Cristo para que sea auténtico el Amén.
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Sermón 272

Por la Eucaristía somos una humanidad añadida a la de Cristo.
Gracias a la Eucaristía nosotros nos volvemos una humanidad añadida a la de Cristo.
P. Raniero Cantalamessa, OFMCap
Predicador Pontificio

No hay enseñanza más viva.
El Evangelio no es solo una lectura; en la Santa Misa está vivo, es la voz de Jesús. No hay enseñanza más viva en la Iglesia que la enseñanza del Evangelio en la Santa Misa.
Servo di Dio Don Dolindo Ruotolo



No hay apostolado más hermoso.
No hay apostolado más hermoso que una Santa Misa celebrada bien y santamente. ¡La ruina del mundo se debe principalmente a la Santa Misa mal celebrada!
Servo di Dio Don Dolindo Ruotolo


María está presente en todas nuestras celebraciones eucarísticas.
María está presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas. Así como Iglesia y Eucaristía son un binomio inseparable, lo mismo se puede decir del binomio María y Eucaristía. Por eso, el recuerdo de María en la celebración eucarística es unánime, ya desde la antigüedad, en las Iglesias de Oriente y Occidente.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 57



El que habla en la Santa Misa es Cristo mismo.
El que habla en la Santa Misa, no es el sacerdote humano, al que escuchamos. Ciertamente, oímos su voz, pero su voz viene de más arriba, de más hondo. Es la voz de Cristo, que habla a través del sacerdote. Sus manos son las manos de Jesús, porque, en realidad, es Jesús quien celebra la Santa Misa por medio del sacerdote. Él es el único y eterno sacerdote; pero, como a Él no lo vemos ni oímos, necesita del sacerdote, como de una pantalla, para proyectar su propia vida, su amor, su voz y su ofrecimiento permanente por la salvación del mundo.
P. Ángel Peña O.A.R.
Sacerdote para siempre


Te prepara para fundirte con Dios.
La Eucaristía es medio y fin. Te prepara para fundirte con Dios, y a la vez, te funde con Dios. Te prepara para purificarte, para adelgazarte, para hacerte más libre, más capaz, y viene a llenarte esas capacidades.
Sierva de Dios Teresa Mª de Jesús Ortega, op
Eucaristía, banquete de amores y sacramento de unidad




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