Entradas populares

lunes, 1 de marzo de 2021

Evangelio del día

 

ChristianArt 
 
Mateo 5:13-16 Tu luz debe brillar a los vista de los hombres
 
 

Le Principe du Plaisir, Pintado por René Magritte (1898-1967), Pintado en 1937, Óleo sobre lienzo
© Sotheby's Nueva York, 12 de noviembre de 2018, lote 35, vendido 27 millones de dólares

Jesús dijo a sus discípulos: 'Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿qué puede hacer que vuelva a ser salada? No sirve para nada, y sólo puede ser arrojada para ser pisoteada por los hombres.

Tú eres la luz del mundo. Una ciudad construida en la cima de una colina no puede ocultarse. Nadie enciende una lámpara para ponerla debajo de una tina; la ponen en el candelabro donde brilla para todos en la casa. Así debe brillar vuestra luz a la vista de los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, alaben a vuestro Padre que está en los cielos".

Comentario


Bulle

Venerable Madeleine Delbrêl (1904-1964)
laica, misionera en la ciudad.
La alegría de creer (La joie de croire, Seuil, 1968), trad. sc©evangelizo.org


“Sean misericordiosos como el Padre de ustedes es misericordioso” (Lc 6,36)

Ser misericordioso no parece ser una profesión de reposo.
Es ya bastante sufrir por las propias miserias, sin tener también que sufrir las penas de quienes encontramos.
Nuestro corazón no reusaría si hubiera otros métodos para obtener misericordia.
No nos quejemos demasiado si tenemos seguido lágrimas en los ojos al cruzar tantos dolores en el camino.
Por ellos comprendemos lo que es la ternura de Dios…
Lo mismo que son necesarios crisoles sólidos para llevar el metal fundido, dispuesto y trabajado por el fuego,
Dios necesita corazones sólidos dónde puedan cohabitar cómodamente
nuestras siete miserias en busca de sanación y la misericordia eterna de la redención.
Si nuestro corazón está seguido disgustado de tocar tan cerca esta pasta de miseria, de la que ignora si ella es él mismo o el otro, por nada del mundo quisiera cambiar esta tarea,
porque encuentra su alegría en acercarse a este fuego incesante
que demuestra infinitamente la bondad de Dios.
Nos hemos habituado tanto a esta presencia de fuego,
que espontáneamente vamos a buscar todo lo que le permite arder
lo pequeño y débil,
quien gime y padece,
el que tiene necesidad de sanar.
A ese fuego que quema en nosotros, damos en comunión toda esa gente
con dolor que sale a nuestro encuentro, para que las toque y las sane. (EDD)





No hay comentarios:

Publicar un comentario