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martes, 21 de junio de 2022

Evangelio del día


 

Evangelio según San Mateo 7,6.12-14.

No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí.
Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Bulle

San Juan Pablo II (1920-2005)
papa
Mensaje para la Jornada mundial de la Paz, 2002, § 6-8 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)


“Tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros...”

Aquel que mata en actos terroristas, alimenta en su interior el desprecio por la humanidad, dando pruebas de la desesperanza de cara a la vida y al futuro. Ante esta perspectiva, todo puede ser odiado y destruido. El terrorista cree que la verdad que sostiene o el sufrimiento padecido son tan absolutos que le es legítimo reaccionar destruyendo incluso vidas humanas inocentes... La violencia terrorista...es totalmente contraria a la fe en Cristo Jesús que enseñó a sus discípulos esta oración: “Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6,12)...
En realidad, el perdón es ante todo una decisión personal, una opción del corazón en contra del instinto espontáneo de pagar mal por mal. Esta opción encuentra su elemento de comparación en el amor de Dios que nos acoge a pesar de nuestros pecados, y su modelo supremo es el perdón de Cristo que oró así en la cruz: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34).
El perdón tiene, pues, una raíz y una medida divinas. Pero esto no excluye que se pueda encontrar el valor del perdón a la luz de consideraciones fundadas sobre el buen sentir humano. La primera de estas consideraciones concierne a la experiencia vivida interiormente por todo ser humano cuando comete el mal. Se da cuenta entonces de su fragilidad y desea que los otros sean indulgentes con él. ¿Porqué, entonces, no actuar de la misma manera de cara a los demás? Todo ser humano alimenta en su interior la esperanza de poder comenzar de nuevo, de iniciar un período de vida nueva, y no quedar para siempre prisionero de sus errores y de sus faltas. Cada ser humano sueña con poder mirar hacia el futuro con esperanza, descubrir que hay siempre una nueva posibilidad de tener confianza y de comprometerse en el bien. (EED)

Oración

¡Señor, quiero tener tus mismos sentimientos, quiero que mi amor al Padre y el amor al prójimo sean los principios a seguir! ¡Deseo, Señor, caminar para servir, llenar mi corazón de amor a los demás, vivir para ganar almas a ti, empezando por la mía, aceptar lo que me pidas para conseguir la vida eterna! ¡Concédeme la gracia de despojarme de mi mismo, de mis miserias, de mis iniquidades, de mis soberbias, para tomar la condición de siervo y desde la sencillez y la humildad servirte a Ti en las personas que me rodean! ¡Señor, sabes que por mi corazón pasan estados de ánimo, deseos, sentimientos, pasiones, alegrías, tristezas, caprichos; te pido que penetres en lo íntimo de mi corazón para que mis sentimientos y mi afectividad pueda ser sanada, renovada, liberada y salir al mundo para amar al prójimo, y en la oración mirarme como me miras Tu, para acoger mi verdad con transparencia, sin medio, para salir renovado y testimoniar tu Palabra, tu vida, tu misericordia! ¡No puedo salir al mundo sin participar de la experiencia de ti, no puedo caminar sin una oración profunda! ¡Que desde mi oración mi riqueza sea tener tus mismos sentimientos y vivir como tu viviste: haciendo el bien, haciéndolo todo por amor, sirviendo y no esperando ser servido, darse para dar vida en abundancia, buscando la santidad y consagrarme en el amor, para ser hijo de Dios en Ti! ¡Dame la gracia de amar al prójimo, de estar siempre alegre, de no quejarme, de ser empático, de poner el corazón en lo esencial orientándolo siempre en el lugar que quiera Dios, negándome a mi mismo! ¡Que no tenga nunca miedo a sentir contigo y como tu sientes, Señor, con sentido de obediencia y confianza! 

(orarconelcorazonabierot)









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