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domingo, 12 de junio de 2022

El mejor momento para la oración en familia

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De las 24 horas del día, ¿cuál es el mejor momento para orar en familia? Elementos de reflexión según la edad y el horario de cada uno

La experiencia más común entre las familias que rezan juntas es reunirse por la noche, entre la cena y la hora de acostarse. Este es el momento que obtiene más votos.

Para algunos, esto será inmediatamente después de la cena, antes del ritual de la hora de acostarse; para otros, especialmente con los más pequeños, será justo antes de dormirse.

El mejor momento para orar depende, por supuesto, del número y la edad de los niños.

Flexibilidad

A veces no es posible rezar todos juntos, por ejemplo cuando uno de los padres o el adolescente llega tarde a casa cuando el niño ya debe irse a la cama.

También puede ocurrir que sea preferible que los padres recen a solas con un niño de dos o tres años para que la oración familiar con los hijos mayores sea un tiempo más tranquilo, sin la agitación de los más pequeños.

Por lo tanto, el momento ideal puede cambiar según la edad de los niños y el ritmo de cada miembro de la familia.

Reservar un tiempo a Dios

Por otro lado, es importante que haya un momento definido, un tiempo dedicado al Señor.

Recuerda el padre Augustin Bourgue en su libro (en francés) Rezar en familia: ¿misión imposible? (Ed. de l’Emmanuel) la importancia de tener otros momentos de oración durante el día.

«La oración familiar también puede ser un Avemaría en el coche de camino a la escuela, o un canto de alabanza durante el paseo, o de acción de gracias».

Breves oraciones durante el día

Algunas familias tienen la costumbre de rezar una breve oración justo antes de salir para el colegio, una simple bendición de todos y de su día.

No importa cuán rápido sea ese momento, no es menos valioso. En efecto, los niños perciben entonces que es posible volverse al Señor en cualquier momento del día.

El Padre Agustín Bourgue subraya: “Es bueno para la familia saber que todo se puede vivir con el Señor«.

Está bien cambiar, evolucionar. No es dramático, es pragmático

Aquí está lo ideal: oraciones cortas a lo largo de las horas, así como un momento dedicado a Dios para anclar la oración familiar en la vida diaria, aunque eso signifique cambiar el horario de acuerdo con los cambios en el horario de los miembros de la familia.

El padre Augustin Bourgue sonríe al decir: “No importa cambiar, evolucionar. No es dramático, es pragmático».

Intenta encontrar el momento perfecto, eso sí, y ten en cuenta que lo principal es rezar.

Caroline Moulinet, Aleteia 

Vea también                      Rincón de Oración en el Hogar (imágenes)  





















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