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martes, 2 de mayo de 2023

Católico sin formación, se hizo protestante… y fue engañado: «La apologética ha fortalecido mi fe»


Mauricio, criado en una familia católica "por costumbre" de Guatemala, perdió la fe al quedarse solo: tras ser engañado por una iglesia protestante, descubrió la importancia de conocer la doctrina de la Iglesia antes de volver a la Iglesia.

 

"Si los católicos conociesen la doctrina no habría protestantes: son católicos que nunca la conocieron porque nunca la estudiaron  y como no la conocen se dejan engañar por cualquier persona que se llame pastor": con esta afirmación, el carismático sacerdote con más de 2 millones de seguidores en YouTube Luis Toro advierte de cómo cada vez más católicos cambian su fe por el protestantismo por mero desconocimiento.

Es el caso de Mauricio, que tras una vida como católico "por costumbre", dejó de ir a Misa y pronto le invitaron a un culto protestante, donde le ofrecieron recibir un nuevo bautismo y casi llegó a ser pastor.

Criado en Guatemala y acostumbrado a profesar su fe solo junto a su familia, se vio desamparado cuando se fue a vivir solo, a Venezuela.

Sin una base sólida en su fe ni compañía que le motivase a frecuentar los sacramentos, explicó en el canal del sacerdote que pronto le invitaron a una iglesia protestante, Jesús la luz del mundo, muy conocida y con presencia en los cinco continentes.

La importancia de una buena acogida

Recientemente, el obispo Munilla llamó la atención de cómo la Nueva Evangelización debe prestar especial atención a una asignatura pendiente, la acogida de los nuevos fieles. Algo que por el contrario está muy interiorizada en el modus operandi evangélico.

"Me sorprendió bastante, fue un recibimiento excelente el que me hicieron, me hicieron sentirme muy bien", relata. Mauricio continuó asistiendo, admirando las predicaciones del pastor y la comunidad de cristianos que asistía al culto, percibiendo "algo que en la Iglesia nunca había sentido".

A un culto le siguieron cuatro cada semana, empezó a formar parte del grupo de coro y a asistir al estudio bíblico junto al pastor e incluso fue preparado por él para impartir predicaciones. "Vi que confiaba en mí, aprendía mucho de la Biblia y me sorprendió no haber aprendido nada de eso en la Iglesia católica", recuerda.

Sin embargo, algo dejó de encajar cuando le empezaron a formar para recibir el bautismo. Aunque no tenía prácticamente conocimientos doctrinales del catolicismo, sabía que ya había sido bautizado. Algo que contrastaba con su nueva creencia, que no consideraba válido el bautismo en la infancia, sembrando en él gran confusión e incertidumbre.

"No puedo volver a bautizarme"

A punto de recibir lo que le dijeron que era su primer bautismo válido, Mauricio le pidió al pastor "un tiempo" para meditar su decisión. Aunque siguió frecuentando la iglesia de Jesús luz del mundo, una joven católica vio su medalla y le invitó a un retiro de la archidiócesis donde sería consciente "de cómo trabaja Dios", pues una de las enseñanzas que impartieron fue precisamente sobre el bautismo y sus bases bíblicas.

"Quedé sorprendido. El que lo predicó argumentó con las citas de la Biblia bien explicadas que iba anotando en mi libreta y me dejó un libro que explicaba lo que es el bautismo. Cuando salí, sentí que estaba pulido en el conocimiento de la Iglesia católica del bautismo y sabía que si tiene validez el bautismo de los niños y mucha importancia porque nos hace hijos de Dios", subraya.

Se trataba de algo muy distinto a lo que le estaban enseñando en los cultos protestantes a los que asistía.

Entonces pidió una reunión privada con el pastor, con quien acabó manteniendo hasta cinco encuentros que acabaron convirtiéndose en profundos debates.

"Tú ya no eres católico, eres cristiano y un hijo de Dios", le dijo el pastor. A lo que el joven respondió con resolución que no se iba a bautizar. "La Biblia me dice que no puedo bautizarme por segunda vez, ya he sido bautizado de forma completa sin nada que ver con lo que me decís. Me dijo que veía algo muy importante en mí, que íbamos a ganar muchas almas conmigo, pero que la enseñanza de la Iglesia era diabólica", mencionó el joven.

El estudio de la doctrina, una asignatura pendiente

No tardó en darse cuenta de que lo que quería el pastor era "convencerle", lo que dio paso al debate de otras cuestiones que reafirmaron la postura que Mauricio iba reforzando con el estudio de la Biblia.

Por ejemplo, cuando el pastor le mencionó la cuestión de las imágenes y que no ponía ninguna imagen de María por tener un físico en las representaciones como si fuese europea y no judía.

Cada vez más conocedor de la doctrina de la Iglesia, Mauricio le explicó que no tenía por qué importar el modo en que se representa el físico dela Virgen, ya fuese europeo o de Guatemala, ya que "si es fiel a las representaciones de la Virgen, representa a la Virgen, pero es solo una representación", y no un objeto de adoración.  

La de las imágenes fue la última reunión que tuvo con el pastor del culto protestante antes de que dejasen de hablarle en bloque.

Mauricio tomó la iniciativa, comenzó a formarse por sí mismo en los sacramentos de la Iglesia y profundizando en el conjunto de la doctrina, ayudado por los vídeos y en canal del padre Luis Toro, que estudia y repasa a lo largo de su jornada, a veces incluso durante la noche.

"La apologética fortaleció mi fe"

Mauricio abandonó sus creencias protestantes y decidió poner solución a la fractura intelectual que le había llevado a ellas. "Gracias a Dios, la memoria es un regalo que me está dando. Cuando salí, [el estudio de] la apologética me enriqueció y mi fe creció y se fundamentó", explica.

Hoy, el joven afirma convencido que su primer propósito en la vida es formarse él mismo y a otros en la fe y la doctrina, lo que pone en práctica en debates con protestantes.

"Tengo debates muy bonitos, me gusta debatir con quienes tienen conocimiento de la Biblia, voy a las citas bien fundamentadas y ya no se detienen conmigo ni 10 minutos. Me doy cuenta que con este poco conocimiento que Dios me está dando también estoy edificando mi alma. Mi propósito es que la Iglesia sea reconocida y que [los católicos] seamos luz para el mundo", concluye.  

José María Carrera, Aleteia

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