San Juan Macías, amigo de San Martín de Porres, a menudo se representa "robando" almas del purgatorio con su rosario, el "arma" más común para entrar al cielo
Siendo un laico dominico del siglo XVI, san Juan Macías era amigo de San Martín de Porres y lo ayudó en sus tareas diarias.
Los dominicos de Nashville, en Estados Unidos, ofrecen una breve explicación de sus deberes principales.
Uno de los principales deberes de Juan Macías era encontrarse con los pobres que venían al convento en busca de asistencia material o espiritual, a menudo más de 200 personas cada día. Además de su disposición alegre y su manera alentadora, Juan Macías se hizo conocido por la naturaleza a veces milagrosa de su servicio a los pobres. Todos sabían que Juan trabajaba muy duro para recolectar limosnas para su distribución. Aun así, a menudo regresaba con las manos vacías. Sin embargo, de alguna manera Juan nunca rechazó a nadie.
Además, su amistad con san Martín de Porres, otro santo dominico, eventualmente conduciría a una ceremonia de beatificación conjunta.
Oración entre santos
Los dos santos a menudo se reunían en sus rondas diarias de la ciudad y también se convirtieron en amigos espirituales cercanos. Eran una fuente constante de aliento e ideas el uno para el otro. Los dos fueron beatificados juntos en una sola ceremonia por el Papa Gregorio XVI en 1837.
Durante su vida, san Juan Macías oraba con frecuencia por las almas del purgatorio con su rosario, como explica la Cofradía de Intercesores para las Almas del Purgatorio en su sitio web.
La iconografía representa a san Juan Macías liberando las almas del purgatorio con el rosario. El santo siempre llevaba como herencia el rosario que su madre le dejó. Debido a su constante rezo del Rosario por las almas del purgatorio, sus biógrafos lo llaman el «ladrón del purgatorio».
Su ejemplo nos recuerda la necesidad de orar por las almas en el purgatorio y el poder de la oración intercesora.
Además, este mes de octubre, dedicado al santo rosario, es una excelente oportunidad para ejercer esta magnífica obra de misericordia, que las almas que lleguen al cielo retribuirán a quienes recen por ellas.
Philip Kosloski, Aleteia
Vea también Sermón sobre el Purgatorio -
Santo Cura de Ars
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