Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa
Prenda del paraíso que quiere darnos. |
Más lejos va todavía San Bernardo al llamar a este sacramento "amor de los amores", pues este don encierra todos los restantes dones que el Señor nos hizo, la creación, la redención, la predestinación a la gloria, porque, como canta la Iglesia, la Eucaristía no sólo es prenda del amor que Jesucristo nos tiene, sino también prenda del paraíso que quiere darnos. Por eso San Felipe Neri no acertaba a llamar a Jesucristo en el Santísimo Sacramento sino con el nombre de amor, y al cabo de su vida, cuando le llevaron el Viático, exclamó: "He aquí el amor mío, dame a mi amor". San Alfonso María de Ligorio |
Si alguna vez dudáramos de su amor. |
Por eso Santo Tomás llamaba a este sacramento "sacramento de caridad, prenda de caridad. Sacramento de amor", porque sólo el amor fue el que impulsó a Jesucristo a darse a nosotros en él; y "prenda de amor", porque si alguna vez dudáramos de su amor, halláramos de él una garantía en este sacramento. Como si hubiera dicho nuestro Redentor al dejarnos este don: ¡Oh almas!, si alguna vez dudáis de mi amor, he aquí que me entrego a vosotras en este sacramento; con tal prenda a vuestra disposición, ya no podréis tener duda de mi amor, y de mi amor extraordinario. San Alfonso María de Ligorio |
Todas las riquezas del amor que tenía reservadas. |
Según el Concilio de Trento, en este don de la Eucaristía quiso Jesucristo como derramar sobre los hombres todas las riquezas del amor que tenía reservadas. Y nota el Apóstol que Jesús quiso hacer este regalo a los hombres en la misma noche en que éstos maquinaban su muerte. San Bernardino de Siena es de la opinión de que Jesucristo, "ardiendo de amor a nosotros y no contento con aprestarse a dar su vida por nuestra salvación, se vio como forzado por el ímpetu del amor a ejecutar antes de morir la obra más estupenda, cual era darnos en alimento su cuerpo". San Alfonso María de Ligorio |
Nos dejasteis a vos mismo, sin reservaros nada. |
Dice San Bernardino de Siena que las pruebas de amor que se dan en la muerte quedan más grabadas en la memoria y son las más apreciadas. De ahí que los amigos, al morir, acostumbren dejar a las personas queridas en vida un don cualquiera, un vestido, un anillo, en prenda de su afecto. Pero vos, Jesús, mío, al partir de este mundo, ¿qué nos dejasteis en prenda de vuestro amor? No ya un vestido ni un anillo, sino que nos dejasteis vuestro cuerpo, vuestra sangre, vuestra alma, vuestra divinidad y a vos mismo, sin reservaros nada. "Se te ha dado por entero -dice San Juan Crisóstomo-, no reservándose nada para sí". San Alfonso María de Ligorio |
Sobrepasa todos los amores en el Cielo y en la tierra. |
La Eucaristía es ese amor que sobrepasa todos los amores en el Cielo y en la tierra. Cuando Jesús está corporalmente presente en nosotros, los Ángeles nos rodean como una Guardia de Amor. San Bernardo de Claraval |
Tanto ansío la alegría de estar contigo... |
¡Oh Querido Esposo de mi alma! Tanto ansío la alegría de estar contigo, que me parece que si muriera, volvería a la vida sólo para recibirte en la Sagrada Comunión! Santa Catalina de Génova |
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