
La paz "no es disuasión, sino fraternidad; no es un ultimátum, sino diálogo", declaró el Papa León XIV durante la vigilia de oración por la paz celebrada en la Plaza de San Pedro la tarde del 11 de octubre de 2025. Este encuentro, interrumpido por el rezo del Rosario seguido de un momento de adoración eucarística, se celebró en el marco del Jubileo de la Espiritualidad Mariana. El 11 de octubre también se conmemoró el 63.º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II en 1962, del cual se leyeron varios extractos de la Constitución Lumen Gentium.
La vigilia se celebró en presencia de la imagen de Nuestra Señora de Fátima. Antes de que el Papa viajara en el papamóvil para saludar a los fieles, la imagen de la Virgen María fue trasladada a la Plaza de San Pedro, escoltada por guardias suizos y gendarmes vaticanos.

"Por ella, mujer afligida, fuerte y fiel, te pedimos que nos concedas el don de la compasión por cada hermano y hermana que sufre y por todas las criaturas", dijo León XIV. El papa de 70 años se arrodilló ante la estatua de Nuestra Señora de Fátima, así como ante el Santísimo Sacramento, durante un momento de adoración marcado por un profundo silencio entre los miles de fieles reunidos en la plaza.
En su meditación, el Papa señaló que las únicas palabras pronunciadas por María en los relatos evangélicos se refieren directamente a Jesús: "Haced lo que él os diga" ( Jn 2,5), les dice a los sirvientes en las bodas de Caná.
"No volverá a hablar después. Estas palabras, que son casi como un testamento, deben ser, por tanto, muy queridas para los hijos, como cualquier testamento de una madre", insistió León XIV.
El llamado al desarme
El Papa también retomó las palabras de Jesús a Pedro en el Huerto de los Olivos: "Guarda tu espada" (cf. Jn 18,11). Se refirió a ellas como "una palabra dirigida a los poderosos de este mundo, a quienes dirigen el destino de los pueblos: ¡tengan la audacia de desarmarse!", dijo León XIV, renovando su llamamiento a una paz «desarmada y desarmante», como lo había hecho en su primer discurso tras su elección el 8 de mayo.
Más allá de las grandes potencias, esta palabra "se dirige al mismo tiempo a cada uno de nosotros, para hacernos cada vez más conscientes de que no podemos matar en nombre de ninguna idea, de ninguna fe, de ninguna política", insistió.

También nos invitó a "adoptar un punto de vista diferente para mirar el mundo desde abajo, con los ojos de los que sufren, y no con los ojos de los grandes; mirar la historia con los ojos de los pequeños y no con la perspectiva de los poderosos; interpretar los acontecimientos de la historia desde el punto de vista de la viuda, del huérfano, del extranjero, del niño herido, del exiliado, del fugitivo".
En el cántico del Magnificat , María "mira los puntos de fractura de la humanidad, donde se produce la distorsión del mundo, en el contraste entre humildes y poderosos, entre pobres y ricos, entre saciados y hambrientos", explicó León XIV.
"Dios da la alegría a quien pone amor en el mundo, alegría a quien, en lugar de vencer al enemigo, prefiere la paz con él", insistió el Papa, invitando a construir "las condiciones de un futuro de paz, en la justicia y en el perdón".
Súplica del Papa León XIV a María
León XIV concluyó su meditación con esta oración:
Ruega con nosotras, Mujer fiel, seno sagrado de la Palabra. Enséñanos a escuchar el clamor de los pobres y de la Madre Tierra, atentas a las llamadas del Espíritu en lo íntimo del corazón, en la vida de nuestros hermanos y hermanas, en los acontecimientos de la historia, en los gemidos y júbilos de la creación.
Santa María, Madre de los vivos, mujer fuerte, afligida, fiel, Virgen esposa junto a la Cruz donde se consuma el amor y brota la vida, sé la guía de nuestro compromiso de servicio.
Enséñanos a detenernos contigo junto a las innumerables cruces donde tu Hijo sigue crucificado, allí donde la vida está más amenazada; a vivir y testimoniar el amor cristiano acogiendo al hermano en cada hombre; a renunciar al egoísmo ciego para seguir a Cristo, verdadera luz del hombre.
¡Virgen de la paz, puerta de la esperanza cierta, acoge la oración de tus hijos!
I.Media, Aleteia
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