El papa León ha invitado a los católicos a rezar el Rosario diariamente durante el mes de octubre. ¡Aquí te compartimos cinco formas creativas de animar a tu pequeño a unirse a esta hermosa oración!
1) Consigue un rosario adecuado.
Encuentra o haz un rosario pensado para manos curiosas y activas. Desde rosarios mordedores hasta kits para armar, conseguir un rosario adecuado para niños no tiene por qué ser difícil.
Para los bebés más pequeños, busca rosarios de silicona resistentes a caídas y que puedan morder para calmar las encías. ¡Hay muchas opciones en internet!
Para los niños mayores, intenta escoger cuentas coloridas de diferentes formas y tamaños para que hagan su propio rosario. Hacerlo como una actividad tranquila y meditativa les ayuda a comprender el significado de cada cuenta mientras las van ensartando una a una.
2) Una oración a la vez.
Rezar el Rosario completo toma unos 20 minutos, lo cual requiere mucha concentración y constancia para los nuevos devotos. Empieza poco a poco enseñando primero el Ave María y avanzando hasta rezar una decena.
Con el tiempo, añade el Credo de los Apóstoles, el Padre Nuestro, el Gloria, la Oración de Fátima y la Salve Regina.
3) Desmitifica los Misterios.
El Rosario es una herramienta de oración con gran profundidad y riqueza, pero también es una forma sencilla de recordar la vida de Jesús. Hay 20 Misterios divididos en cuatro grupos. ¿Por qué no enfocarse en uno cada semana y rezar una decena mientras se aprende a “meditar” o contemplar esa escena particular de la vida de Jesús?
Un momento de silencio antes o después de la oración puede ser una oportunidad para conversar. Los niños de todas las edades pueden compartir sus pensamientos mientras reflexionan sobre un Misterio en particular. Para guiarlos, puedes hacerles preguntas como: “¿Te resultó fácil o difícil concentrarte?” o “¿En qué parte de este Misterio pensaste? ¿Puedes describir cómo se ve en tu mente?”.
Considera llevar un pequeño diario de este camino de oración, anotando los pensamientos y reacciones de los niños. No solo será un dulce recordatorio de su crecimiento, ¡sino también una fuente de valiosas reflexiones!
4) No busques la perfección.
Enséñales a los niños que una oración no tiene que ser perfecta para ser escuchada. Nuestra Madre escucha todas las oraciones con amor. Rezar el Rosario consiste en construir una relación con Jesús desde la perspectiva de María y caminar junto a ella mientras meditamos en los acontecimientos de la vida de Cristo. Algunas oraciones serán más fáciles de memorizar, mientras que otras pueden tomar meses o incluso años.
5) Hazlo parte de la rutina.
¿Hay un momento tranquilo del día en el que puedas añadir algunas oraciones del Rosario? Cinco minutos es un excelente punto de partida. Si las mañanas son ajetreadas, la hora de la siesta o el momento del cuento por la noche pueden ser perfectos para incluir un tiempo de oración. El Rosario siempre está ahí, y María siempre está dispuesta a interceder por nosotros, sin importar la hora del día o de la noche.
¿Agregarías algo más a la lista?
Candace Camlin, churchpop
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