Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa
La Liturgia pertenece a la Iglesia. |
Mons. Guido Marini |
La Liturgia no nos pertenece, pertenece a la Iglesia. Ella no está en nuestras manos para hacer lo que queramos. Ella es don. La grandeza de la Liturgia es su objetividad.La Santa Misa diaria nos libra de una mala muerte. |
San Juan Bosco |
De ser posible asístase todos los días a la Santa Misa, recordando aquellas palabras de San Agustín: Que no morirá de mala muerte, quien asista devotamente y con asiduidad a la Santa Misa.Celebrar la Santa Misa para ser santo. |
Cardenal F. X. Nguyen Van Thuan |
Más que ser santo para celebrar la Santa Misa, celebrar la Santa Misa para ser santo.Siempre que queramos podemos lavar nuestras almas de todos los pecados. |
San Alfonso María de Ligorio |
Jesús en el Sacramento es esta fuente abierta a todos, donde siempre que queramos podemos lavar nuestras almas de todas las manchas de los pecados que cada día cometemos.En la Comunión tenemos la preparación para el Cielo. |
P. Antonio Rivero LC |
En la Comunión, por tanto, tenemos la preparación para el Cielo. ¡Qué grande será la gracia de morir después de haber recibido el Santo Viático! Poder partir bien reconfortados para este último viaje.Al comulgar a Jesús en la Eucaristía recibimos igualmente el Cielo. |
P. Antonio Rivero LC |
Al comulgar a Jesús en la Eucaristía, júbilo y gloria del Paraíso, recibimos igualmente el Cielo. Se nos da para mantener viva en nosotros el recuerdo de la verdadera patria y no desfallecer al pensar en ella. Se da y permanece corporalmente en nuestros corazones en cuanto subsisten las especies sacramentales. Una vez destruidas éstas, vuelve nuevamente al Cielo, pero permanece en nosotros por su gracia y por su presencia amorosa. Nos deja los efectos de su presencia: amor, pureza, fuerza, alegría y gozo.La Eucaristía es un Cielo anticipado. | |
P. Antonio Rivero LC | |
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Cristo, como muestra de amor, para sostener esa esperanza del Cielo creó el lindo Cielo eucarístico, pues la Eucaristía es un Cielo anticipado. ¿Acaso en la Eucaristía no viene Jesús, bajando a la tierra y trayéndonos ese Cielo consigo? ¿Acaso donde está Jesús no está el Cielo? Si Jesús está sacramentalmente en la Eucaristía, trae consigo también el Cielo.
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