Entradas populares

viernes, 3 de octubre de 2025

Evangelio del día


 

Libro de Baruc 1,15-22.

Ustedes dirán: Al Señor, nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como sucede en el día de hoy; vergüenza para los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén,
para nuestros reyes y nuestros jefes, para nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros padres.
Porque hemos pecado contra el Señor,
le hemos sido infieles y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, que nos mandaba seguir los preceptos que él puso delante de nosotros.
Desde el día en que el Señor hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, hasta el día de hoy, hemos sido infieles al Señor, nuestro Dios, y no nos hemos preocupado por escuchar su voz.
Por eso han caído sobre nosotros tantas calamidades, así como también la maldición que el Señor profirió por medio de Moisés, tu servidor, el día en que hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, para darnos una tierra que mana leche y miel. Esto es lo que nos sucede en el día de hoy.
Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a todas las palabras de los profetas que él nos envió.
Cada uno se dejó llevar por los caprichos de su corazón perverso, sirviendo a otros dioses y haciendo el mal a los ojos del Señor, nuestro Dios.


Salmo 79(78),1-2.3-5.8.9.

¡Líbranos, Señor, por el honor de tu Nombre!

Oh Dios, los paganos invadieron tu herencia,
profanaron tu santo Templo,
hicieron de Jerusalén un montón de ruinas;
dieron los cadáveres de tus servidores
como pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus amigos, a las fieras de la tierra.

Derramaron su sangre como agua
alrededor de Jerusalén,
y nadie les daba sepultura.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Estarás enojado para siempre?
¿Arderán tus celos como un fuego?

No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos.

Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.


Evangelio según San Lucas 10,13-16.

¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza.
Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.
El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió".

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

Concilio Vaticano II
Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual “Gaudium et Spes / La alegría y la esperanza”  §40, 45  (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)


“El que os escucha, a mí me escucha; el que os rechaza, a mí me rechaza”

    Nacida del amor del Padre Eterno, fundada en el tiempo por Cristo Redentor, reunida en el Espíritu Santo, la Iglesia tiene una finalidad escatológica y de salvación, que sólo en el siglo futuro podrá alcanzar plenamente. Está presente ya aquí en la tierra, formada por hombres, es decir, por miembros de la ciudad terrena que tienen la vocación de formar en la propia historia del género humano la familia de los hijos de Dios, que ha de ir aumentando sin cesar hasta la venida del Señor… De esta forma la Iglesia “entidad social visible y comunidad espiritual” (Lumen Gentium 8) avanza juntamente con toda la humanidad, experimenta la suerte terrena del mundo, y su razón de ser es actuar como fermento y como alma de la sociedad, que debe renovarse en Cristo y transformarse en familia de Dios...
    La compenetración de la ciudad terrena y de la ciudad eterna sólo puede percibirse por la fe; más aún, es un misterio permanente de la historia humana que se ve perturbado por el pecado hasta la plena revelación de la claridad de los hijos de Dios. Al buscar su propio fin de salvación, la Iglesia no sólo comunica la vida divina al hombre, sino que además difunde sobre el universo mundo, en cierto modo, el reflejo de su luz, sobre todo curando y elevando la dignidad de la persona, consolidando la firmeza de la sociedad y dotando a la actividad diaria de la humanidad de un sentido y de una significación mucho más profundos. Cree la Iglesia que de esta manera, por medio de sus hijos y por medio de su comunidad entera, puede ofrecer gran ayuda para dar un sentido más humano al hombre y a su historia…
    La Iglesia, al prestar ayuda al mundo y al recibir del mundo múltiple ayuda, sólo pretende una cosa: el advenimiento del reino de Dios y la salvación de toda la humanidad. Todo el bien que el Pueblo de Dios puede dar a la familia humana al tiempo de su peregrinación en la tierra, deriva del hecho de que la Iglesia es “sacramento universal de salvación”, que manifiesta y al mismo tiempo realiza el misterio del amor de Dios al hombre. (EDD)

Reflexión sobre el cuadro

En el Evangelio de hoy, Jesús habla del rechazo que sufrió en pueblos como Corazín, Betsaida y Cafarnaún. Todos estos eran lugares que habían visto sus milagros de cerca y habían escuchado su predicación en persona,... pero no respondieron. No era la primera vez que se encontraba con indiferencia u hostilidad: Las aldeas samaritanas ya le habían rechazado, y finalmente Jerusalén mismo le rechazaría, conduciendo a su crucifixión. Parecía como si el mundo entero estuviera en contra de Jesús, con tantos pueblos y ciudades que le daban la espalda.

Todos sabemos, de distintas maneras, lo que significa ser rechazado; esa sensación de que "todo el mundo está contra mí". Puede ser algo tan insignificante como que se desestime una idea que hemos propuesto, o que no se tenga en cuenta un esfuerzo estelar en el trabajo. Pero mucho más dolorosa es la experiencia de ser rechazado como persona, especialmente por nuestros seres queridos. Ese tipo de dolor puede provocar ira, resentimiento o incluso desesperación. Sin embargo, precisamente en esos momentos podemos mirar a Jesús en nuestra lectura de hoy. Él conoció el rechazo desde dentro y, sin embargo, nunca dejó de amar. Incluso cuando colgaba de la cruz, rezaba por los que se habían vuelto contra Él. Su ejemplo nos invita a transformar nuestras propias heridas de rechazo en compasión y amor.

El rechazo es también la historia de muchos grandes artistas. Una y otra vez, la sociedad ha desestimado o malinterpretado voces creativas, sólo para que más tarde fueran reconocidas como genios. Vincent van Gogh no vendió casi nada en vida y fue objeto de burlas por su estilo, pero hoy sus lienzos se cuentan entre los más preciados del mundo. Los impresionistas, incluido Claude Monet, fueron rechazados del Salón de París de 1872 por romper con las convenciones, pero su visión cambió la pintura moderna para siempre. Incluso Caravaggio, cuyo atrevido realismo escandalizó a sus contemporáneos, es considerado hoy uno de los más grandes maestros del Barroco. La pauta está clara: el rechazo suele ir de la mano de la originalidad, y lo que al principio parece inquietante o extraño puede, con el tiempo, revelarse como algo muy especial.

Nuestro cuadro de Laurent de La Hyre, 1646, trata de una forma más literal de rechazo: Cornelia expulsa la corona de Ptolomeo VIII. El relato procede de la historia romana. Cornelia era hija de Escipión el Africano, el gran general, y madre de los hermanos Gracos. Conocida por su virtud y dignidad, se convirtió en un modelo de mujer romana. Tras la muerte de su marido, el rey egipcio Ptolomeo VIII Fiscón le ofreció matrimonio, enviándole una corona real. Cornelia, sin embargo, rechazó la propuesta, diciendo que prefería ser recordada como la madre de los Gracos que como reina de Egipto. Su rechazo del poder y la riqueza en favor de la virtud y la maternidad la convirtieron en un símbolo duradero de los valores romanos.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración

Padre querido, vengo a ti ahora en el nombre de Jesucristo. La vida ha sido injusta conmigo, Padre querido. Este dolor del rechazo es más de lo que puedo soportar. Todas mis relaciones pasadas han terminado en peleas y rabia, rechazo, resentimiento y amargura. Padre querido, ayúdame. Ayúdame a soltar toda la amargura y el resentimiento en mi vida. Tú eres el único que sana y venda el corazón roto. Recibo ahora tu unción que rompe el yugo de la esclavitud. Recibo ahora tu sanidad emocional en mi vida por fe, por la palabra de Dios. Sé que la escritura dice que por sus llagas yo fui sanado y soy sanado. Elijo ahora esta gracia. Elijo tu gracia y renuncio a todas las raíces de amargura, todo resentimiento y toda falta de perdón. Saca esto de mi vida, Señor, ayúdame a perdonar. Ayúdame a soltar. Continuaré, Señor, caminando en arrepentimiento y perdón. Te pido, Señor, que me ayudes a resistir todo espíritu de resentimiento y rechazo, sabiendo que soy amado y aceptado en el amado. ¡En el nombre de Jesucristo, mando a TODOS los espíritus de rechazo, amargura y falta de perdón a que me dejen ahora! Declaro que me has ayudado a vencer el resentimiento y la amargura por la sangre del Cordero, Jesucristo de Nazareth, y por la palabra de mi testimonio. Amén.

(reddit.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario