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miércoles, 18 de mayo de 2016

Ayudar a otras a vivir la menstruación con dignidad

Una colombiana trabajó para que niñas africanas combatieran su aflicción

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Pablo Celso, aleteia
Diana Sierra es la diseñadora colombiana creadora de la marca Be Girl, productos menstruales y reutilizables a niñas en 13 países de África y el mundo.

Estudió en la Universidad colombiana de San Andrés y trabajó para grandes marcas como Nike, al igual que otras de tecnología. Durante un pasaje de estudio en Nueva York, Estados Unidos, se dio cuenta de que lo que estaba haciendo en realidad era para un bajo porcentaje de la población.

Fue por eso que empezó a desear crear algo que pudiera serle útil realmente a todas las personas, más allá de los estratos sociales, señala un informe publicado enThe Independent.

Así pues, en el año 2012 viajó a África con el ánimo de cambiar su vida. Mientras trabajaba en Uganda, Ruanda y Kenia vinculada a la empresa multinacional de ropa Tommy Hilfiger descubrió algo que afligía a niñas entre 11 y 15 años que vivían en zonas rurales: la menstruación.

Verlas de brazos cruzados cuando estaban con ellas la ayudó a descubrir esta realidad y luego a través de una investigación confirmó que el 40% de las niñas en el mundo no tienen acceso a productos sanitarios cuando menstrúan, lo que traía como consecuencia que perdieran al menos una semana de clases todos los meses.
“Entonces los padres piensan que la niña no rinde y la sacan. Las matrículas son caras, el machismo es brutal y se las llevan a trabajar a la finca”,expresó Diana en diálogo con El Espectador de Bogotá.

Es que la menstruación, algo natural en la vida de cualquier mujer, se vive en algunos países del mundo como un verdadero tabú en el entendido de que se trata de algo “impuro” y vinculado a alguna “enfermedad”.

Por ejemplo, en Kenia las niñas recortan pedazos de cartón, tela y hasta de hojas ante la imposibilidad de productos higiénicos. En Japón a algunas mujeres se les impide cocinar sushi. En otros países como Nepal las niñas son desterradas a cuartos oscuros. Incluso en países como India a las niñas se les dice que durante la menstruación pueden “contaminar la comida” o como el caso de Irán, donde muchos creen que se trata de una enfermedad.

Y es ante todo esto que de alguna manera Diana intentó combatir en África. Fue por ello que se puso como meta trabajar para que las niñas puedan vivir la menstruación con dignidad.
El primer prototipo que creó de toalla higiénica fue con tela de sombrilla y un mosquitero que tiene la duración de un año. Funciona con un bolsillo de malla que se sella y se amarra a la parte inferior de la ropa interior femenina, detalla El Espectador de Bogotá.

Allí se pueden colocar piezas de tela, papel higiénico, algodón o trapos para absorber el flujo.  Los materiales que van adentro del bolsillo se tiran y se cambian, y los productos Be Girl se lavan y se reutilizan.
Estos prototipos fueron finalizados en el año 2014 y luego, junto al ecuatoriano Pablo Freund, decidió seguir adelante con su empresa.
“Nunca había vendido nada en mi vida, salvo aguacates en la iglesia”, comenta entre risas Diana.

Uganda, Malawi, Ruanda y Tanzania son algunos de los países de África donde aterrizó con su proyecto.  En mayo de 2014 la Fundación Futura en Suiza la ayudó a obtener la patente de su marca.
Además, este proyecto con prendas reutilizables y totalmente higénicas también busca combatir los efectos medioambientales de los productos descartables.

“Empower bank”
“Te pones uno y le das otro a alguien que lo necesita”, explicó Sierra al hacer referencia a esta modalidad vinculada a la ropa interior femenina y que funciona como un banco en el sentido de que comprando dos prendas una es donada a alguien que lo necesita.
Hasta ahora, 15.000 prendas interiores han sido entregados en varios países entre ellos: Uganda, Malawi, Tanzania, Ruanda, Malí, Jordania, Marruecos, Georgia, República Dominicana, Ghana, Sierra Leone, Islas Salomón y Estados Unidos, culmina El Espectador de Bogotá.

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