“La mujer nunca debería ser soldado de infantería”: capitana norteamericana Katie Petronio dispara contra la ideología de género y su igualitarismo ficticio
Mientras la ideología de género insiste en defender intereses ideológicos basados en mentiras biológicas y psicológicas, surgen continuamente historias de la vida real que la desmienten y desenmascaran.
Por sugerencia de una lectora deAleteia, recordamos hoy el caso de Katie Petronio, capitana de los Artilleros Navales norteamericanos (Marines) que, en un artículo publicado en 2013 por la revista Marine Corps Gazette, dijo: “La mujer nunca debería ser soldado de infantería”.
En el artículo titulado ¡Miren los hechos! No fuimos creados todos iguales, la capitana defiende que la anatomía femenina no fue hecha para resistir las asperezas de una larga carrera militar que involucra operaciones de infantería.
Y advierte que los Marines sufren “un aumento colosal en el número de mujeres incapacitadas obligadas a poner fin a su carrera debido a razones médicas”.
Katie Petronio se basa en la propia experiencia adquirida ensituación de combate, que le causó serios daños físicos a pesar del prometedor inicio en la élite de la corporación.
La capitana escribió que “cumplía todas las condiciones” para ser una soldado ideal cuando comenzó la carrera.
“Yo era una estrella en hockey sobre hielo en una escuela de élite en Maine, con título en Derecho y Administración”. Katie también logró resultados “muy por encima de la media en todos los exámenes físicos de capacidad para mujeres”, incluso sin completar todo el entrenamiento previo.
Sin embargo…:
“Cinco años después, ya no soy, físicamente, la mujer que fui, y mis puntos de vista sobre la mujer exitosa en una carrera duradera en la infantería cambiaron mucho. Puedo decir, con base en mi experiencia personal directa en Irak y Afganistán, y no es sólo una impresión, que no hemos comenzado a analizar y comprender las cuestiones específicas de salud de los sexos y los daños físicos en las mujeres a causa de las continuas operaciones de combate”.
Katie Petronio “participó en numerosas operaciones de combate” que, a veces, duraban semanas, sufriendo estrés y falta de sueño. Sus piernas comenzaron a atrofiarse. Ella perdió movilidad y peso, dejó de producir estrógeno y desarrolló un síndrome en el ovario que la dejó estéril.
La capitana terminó su periodo con buenos resultados, peroentendió que le sería imposible aguantar el esfuerzo que un hombre es capaz de soportar y solicitó retirarse por motivos de salud.
Katie Petronio manifestó su preocupación frente a la presión de los grupos ideológicos que impulsan la integración de mujeres en el cuerpo de infantería.
“¿Quién está promoviendo esta agenda? Yo, personalmente, no veo Marines femeninas, sean reclutas u oficiales, tocando a las puertas del Congreso y quejándose de que su incapacidad para servir en la infantería viola el derecho a la igualdad”.
Katie declara, aún, que esa presión está siendo aplicada por un “pequeño comité de civiles” denominado Comité Consultor de Defensa sobre las Mujeres en Servicio.
Y denuncia que aunque algunos de los miembros de ese comité consultor tengan experiencia militar, ninguno “está en servicio activo o tiene ningún tipo de experiencia reciente en combate o en operaciones relevantes sobre las realidades que están intentando modificar”.
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