Francia desoye a la ONU, su muerte se ha fijado a partir del lunes
Vincent Lambert, en la cama del hospital, de la que cuelgan escapularios del Carmen. Sus padres son personas de profunda fe católica. |
El Estado francés ha decidido matar a Vincent Lambert a partir del 20 de mayo, en fecha y hora que el encargado de hacerlo, el doctor Vincent Sánchez, no facilitó cuando anunció a sus padres "la interrupción del tratamiento y la sedación profunda" que acabarán con la vida de su hijo.
Pero Lambert no está recibiendo ningún tratamiento: lo que van a hacer es dejar de alimentarle e hidratarle para que muera de hambre y sed. Es lo que han recordado 93 juristas franceses en un esfuerzo de última hora para evitar la quiebra de un principio fundamental: "Si no hacemos nada de aquí al 20 de mayo de 2019, Vincent Lambert va a morir. Abandonado por sus cuidadores, que han decidido 'colegiadamente' poner fin a sus cuidados, a la hidratación y a la alimentación de una persona que no está en estado terminal, Vincent morirá de hambre, de sed y de falta de cuidados elementales, bajo la fría mirada de un equipo médico que ha decidido deliberadamente violar su juramento de no hacer daño al paciente. Vincent Lambert no está en estado terminal, no padece una enfermedad incurable: tras un grave accidente, está en una situación terrible de dependencia absoluta, la de un ser humano que puede continuar viviendo simplemente con recibir los cuidados a los que toda persona tiene derecho, y que deberían incluir ser alimentado e hidratado, considerados por la ley como 'tratamiento'".
Entre los casi cien juristas hay abogados en ejercicio, jueces en excedencia, profesores de Derecho, notarios... que recuerdan que recientemente el Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad pidió a Francia una suspensión cautelar de la decisión de matar a Lambert en tanto resuelve la apelación de sus padres: "Nuestro gobierno debe aceptar esta petición, que compromete a Francia en cuanto miembro de la ONU".
La ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, considera sin embargo que esa solicitud del Comité no es vinculante y "todos los recursos han llegado al final". También el tribunal administrativo de París al que los abogados de los padres de Lambert pidieron la aplicación de esas medidas cautelares afirmó que dicho comité "carece de jurisdicción" en Francia, lo que a juicio de los letrados es "una violación manifiesta del derecho" por parte del Estado francés. "Francia escupe sobre los compromisos internacionales que ha ratificado", afirma Jérôme Triomphe, uno de los abogados de los padres.
Para Vivianne, la madre de Lambert, ya no hay más recurso que la oración, y ha lanzado una convocatoria para este domingo 19 a las tres de la tarde ante el hospital de Reims: "Allí estaré para suplicar que se continúe hidratando y alimentando a Vincent. En la Francia de 2019 nadie debe morir de hambre y sed. Si queréis, uníos a mí". También ella considera inconcebible que su país, que en 2010 suscribió la convención de los derechos de las personas capacitadas, haga oídos sordos a esa exigencia de Naciones Unidas: "Francia tiene que respetar la convención que ha firmado, debe hacerlo por Lambert, pero también por todos los demás discapacitados. Gracias todos [los que acudan a la cita], desde lo más profundo de mi corazón de madre".
Vivianne no estará sola en sus oraciones. Además de las personas que puedan acompañarla, varios obispos están pidiendo lo mismo. Raymond Centène, obispo de Vannes, se ha dirigido así a sus feligreses: "Os invito a rezar especialmente por nuestro hermano Vincent Lambert. Confiémosle a la poderosa intercesión de San Vicente Ferrer y de de la Santísima Virgen María... Podría morir de hambre y sed con el pretexto de poner fin a un ensañamiento terapéutico. Pero ¿alimentarse e hidratarse no son un cuidado normal del que todos tenemos necesidad? Nuestro hermano Vincent es hoy el rostro de todos lo que, como él, están en una situación denominada 'vegetativa' o de conciencia limitada. Hay en Francia unas 1500 personas en su situación, no permitamos que él será el primero a quien se le prohíba así vivir".
A través de Twitter, también el obispo de Fréjus-Toulon, Dominique Rey, ha rechazado la muerte de Vincent Lambert: "Se manipula este hecho dramático para impulsar el derecho a la eutanasia. Vincent Lambert no está enfermo ni es terminal. Más que detener brutalmente su alimentación e hidratación, ¿por qué no permitir que sea trasladado a un centro especializado?"
También el arzobispo de Reims, Eric de Moulins-Beaufort, y su obispo auxiliar, Bruno Feillet, mostraron su perplejidad por la decisión del equipo médico del hospital "no haya sido trasladado a una unidad especializada en la atención a pacientes en estado vegetativo o de mínima conciencia". Es lo que señalaba recientemente uno de los neurólogos que examinaron a Lambert en nombre de la familia, Xavier Ducroq, al lamentar que en este caso sí haya un ensañamiento, pero no "terapéutico", sino en la negación de cuidados al paciente, un "auténtico maltrato", dice, porque es incomprensible que no haya recibido nunca atenciones que sus padres exigen desde hace seis años porque son las normales en personas con discapacidad: se le mantiene en cama todo el tiempo en vez de levantarlo a una silla, se encuentra encerrado en su habitación bajo llave, con horario de visitas limitado, no recibe fisioterapia, ni masajes, ni tratamientos de psicomotricidad ni estimulación sensorial.
"Matar a Vincent Lambert es enterrar a Hipócrates", resumía el doctor Ducroq en un reciente artículo en Valeurs Actuelles, recordando el compromiso del juramento hipocrático "Es la deshonra de una medicina que no tolera fracasos ni límites. Es confiar a los cuidados paliativos una nueva misión contraria a sus principios fundamentales. Es el abandono, la regresión de una sociedad que ni sabe ni quiere proteger a los más débiles de entre los suyos".
C.L./ReL
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