¿Se puede vivir 50, 60 años enamorado de la misma persona? ¿Existe el amor «para siempre»? Este precioso video nos muestra que sí, que no solo es posible sino que «algo pasa» con el amor. El video lo hace un programa de interés general de Telemadrid que se llama «Eso no se pregunta», y en la descripción del video dice «Preguntamos a nuestros mayores nonagenarios si el amor se apaga llegada esta edad. Todos coinciden en que se vive de otra manera. Para algunos pasó definitivamente; para otros se transforma en cariño… o se conserva para toda la vida. Hay opiniones para todos los gustos y nos las cuentan en este video».
El amor humano, reflejo del amor Divino
¿Qué pasa con el amor? El amor verdadero no pasará jamás, como dice la cita de San Pablo en la primera de Corintios, pero el amor, ciertamente se transforma. Por lo que dicen algunos de los viejitos lindos, el amor se espiritualiza, o se transforma en cariño, pero es claro que el amor no permanece igual. Mis padres estuvieron casados 63 años hasta que mi papá falleció. Y todavía hasta los últimos días se los podía ver con estas caras de amor:
Claro que ese amor de viejos no era exactamente igual que el amor que se tenían cuando se conocieron, ni cuando se casaron, ni cuando decidieron tener 12 hijos, ni cuando esos hijos les regalaron 65 nietos. El amor cambió, y en cierto modo también era el mismo, pero, tal vez, «transfigurado» probado a través de las cruces que el Buen Dios les permitió pasar para su santificación y las de sus hijos.
El amor crece con la Gracia
¿Qué pasa con el amor luego de una vida? ¿Cómo «envejece» el amor cuando envejecemos juntos? Como justo este año cumplimos un tercio de lo que mis padres llevaron juntos, alguna idea tengo de lo que está pasando en nuestro matrimonio. El himno del amor de San Pablo, que casi todos pedimos que se lea en la Misa de Esponsales, y que parece difícil en los primeros años de casados, de pronto no solo comienza a ser posible, sino también puede hacerse con la ayuda de la Gracia Santificante. Y el sacramento del matrimonio ¡Tiene mucha Gracia Santificante para los esposos! ¿Cómo actúa la Gracia Santificante?
La Gracia Santificante
La Gracia es el don de Dios que nos permite realmente ser hijos suyos. La Gracia es nuestra participación en el Misterio Trinitario. Es un regalo de Dios, es un favor que nos hace, porque por nuestros medios no podríamos acercarnos ni remotamente a la vida de Dios. La Gracia no es una «vida añadida» a nuestra naturaleza. No es como un«“baño de almíbar» que se nos echa por encima del alma, sino que se asienta sobre la naturaleza y la eleva. Es decir, que toma lo que somos y lo convierte en algo mejor. Pero para que la Gracia actúe, tendremos que hacer con nuestra naturaleza lo que Dios espera que hagamos, y no cualquier cosa. Es Gracia, no magia, y no puede actuar sin nuestra cooperación.La Gracia actúa sobre cada persona individualmente, se trata de nuestra relación personal con nuestro Creador. Y sin embargo, en el matrimonio, como somos «una sola carne» la Gracia beneficia a ambos cónyuges.
Las Gracias de estado
Nuestro matrimonio nos otorga algunas Gracias propias del sacramento, que están atadas a la Gracia santificante, pero que nos ayudan a concretar los fines del sacramento. Son también Gracia de Dios, pero con una diferencia sobre la Gracia santificante: ya no son individuales, sino que se nos otorgan en la medida en la que somos pareja.
Estas Gracias propias del sacramento, son conocidas como «Gracias de estado», y tienen una particularidad: cuanto más en Gracia de Dios estemos, más efectivas van a ser. Cuando nuestra alma se encuentra en Gracia, las Gracias de estado actúan sobre la naturaleza ya ordenada, y nos permiten ser buenos esposos y padres, y todos los bienes necesarios para alcanzar la Vida Eterna.
El Matrimonio como medio de santificación personal y de la familia
Nunca se insiste demasiado en esto: el matrimonio es un medio de santificación, es un sacramento que confiere la Gracia, pero en la medida en la que seamos fieles al sacramento. Nuestra salvación, podríamos decir, depende en gran medida de qué tan intensamente vivamos la renovación de las promesas y votos matrimoniales. Y esa renovación, como vimos, está atada a nuestra vida sacramental, primariamente a la reconciliación y a la Eucaristía.
Mediante la práctica frecuente de los sacramentos vamos a mantener la Gracia del sacramento del matrimonio intacta a través de todas las dificultades de la vida cotidiana. Las Gracias de estado van a servirnos para superar nuestras dificultades conyugales, y para aconsejar adecuadamente a nuestro cónyuge y a nuestros hijos.
De ese modo, la Gracia del sacramento del matrimonio se convertirá en un medio de santificación no solo para cada uno de los cónyuges en particular, sino para ambos, y para los hijos. Toda la familia beberá de la fuente de Gracia del matrimonio bendecido por Dios.
El amor «espiritualizado»
Cuanto más participamos de la Gracia, de la Vida en Dios, más nos acercamos a Él. Y cuanto más nos acercamos a Dios, más cerca estamos de nuestro cónyuge.
La «espiritualización» del amor no quiere decir para nada que dejamos de sentir atracción sexual por nuestra esposa o esposo, quiere decir que nos vamos «ordenando», es decir nos vamos «integrando», y el amor sexual está subordinado al amor afectivo, el intelectual y el espiritual. En última instancia volvemos al «plan original» de Dios para el hombre y la mujer: ser imagen y semejanza del Dios verdadero.
El testimonio de estos viejitos muestra eso: el amor sexual ya casi no existe, pero se siguen demostrando afecto, cariño, atención, respeto y muchas cosas más que hacen que sea un amor capaz de resistir a todo, incluso a la muerte. ¿Tú qué opinas sobre este tema? Déjanos saber qué piensan en los comentarios y cuéntanos cuántos años llevas de casado y qué te ha ayudado a mantener vivo el amor de pareja.
Andrés D' Angelo, catholic-link
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