Evangelio según San Marcos 7,14-23.
Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanlo bien. |
Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. |
¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!". |
Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. |
El les dijo: "¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, |
porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?". Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos. |
Luego agregó: "Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. |
Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, |
los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. |
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre". |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
San Juan Casiano (c. 360-435) |
La perfección de un corazón puro
De veras es diferente odiar la mancha de los vicios y de la carne -porque se gusta el bien que está presente- a frenar las concupiscencias ilícitas en vista de la recompensa futura. Es distinto el temer un daño presente y el atemorizarse por los tormentos a venir. Es una perfección mucho más grande no querer alejarse del bien por amor al bien mismo, que no consentir al mal por miedo de sufrir otro mal. |
En el primer caso el bien es voluntario, en el segundo caso parece forzado, como arrancado con lucha contra una resistencia, por temor al suplicio o por apetito a la recompensa. En consecuencia, el que renuncia a las seducciones del vicio sólo por miedo, en cuanto desaparece el temor retorna al objeto de sus deseos. No tiene estabilidad en el bien. No tiene tampoco reposo en cuanto a la tentación porque no posee la paz sólida constante, otorgada por la castidad. Dónde reina el tumulto de la guerra, es imposible escapar al riesgo de ser herido. (…) |
Al contrario, el que ha superado los asaltos del vicio y goza desde entonces de la seguridad de la paz, está transformado en amor a la misma virtud. Permanecerá constante en el bien al que pertenece enteramente, ya que no existe a sus ojos más sensible daño que atente a la castidad de su alma. La pureza que tiene en el presente es su más querido y precioso tesoro. El castigo más grave sería ver perniciosamente robadas las virtudes o probar la mancha envenenada del vicio. (EDD) |
Oración
Señor Crea en mí , un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Señor si mi corazón esta insensible a tu Palabra y a tu Presencia, te pido que pongas en mi un nuevo corazón , quita de mi el corazón de piedra y pon un corazón de carne. y pon en mi un nuevo Espiritu Infunde dentro de mi Espiritu tu Palabra tus leyes, y mandamientos. Pon el Temor de Dios en mi corazón. Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. porque solo los de corazón limpios y los que hablan verdad y los que practican tu Justicia y los ,de manos limpias habitarán en tu Santuario. y te verán a ti los de limpio corazón. y tendrán tu amistad los que amen la pureza del corazón.
Señor dispongo mi corazón para amarte con todo mi corazón y con toda mi alma, y con todas mis fuerzas y dispongo mis pensamientos para amarte con toda mi mente . Tu Palabra dice que el sacrificio que te agrada es un espiritu quebrantado y un corazón contristo y humillado tu no desprescias. quebranta mi espiritu y rindo mi corazón en humillación a ti en este dia. tu palabra dice que cuando yo te busque con todo mi corazón yo te encontraré y tu me responderás. Yo te doy mi corazón en este dia para que tu Espiritu Santo esté gobernando mi corazón las intenciones, los deseos , mis pensamientos y Yo someto mi Voluntad mi espiritu a ti Espiritu Santo para que seas tu guiando mi vida en el nombre de Jesus Amen.
(Magdalena Portillo)
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