Cada año, en el mes de febrero, distintas culturas alrededor del mundo celebran el Carnaval. Esta celebración tiene lugar los dos días anteriores al Miércoles de Ceniza, fecha que marca el comienzo de la Cuaresma para los católicos.
Varios santos como San Felipe de Neri o San Juan Bosco intentaron promover actividades que reconciliaran esta celebración con la fe católica, especialmente por la contradicción entre la austeridad del espíritu cuaresmal y los excesos propios del Carnaval.
Sin embargo, dos santas tuvieron precisamente en esta fecha impactantes visiones de Cristo en la Cruz y los pecados que se cometían.
Estas fueron las visiones que Santa Faustina de Kowalska y Santa Margarita María de Alacoque tuvieron en tiempo de Carnaval.
Las impactantes visiones de Jesús que estas santas tuvieron en Carnaval
Santa Faustina de Kowalska relata en tres oportunidades en su diario las revelaciones que tuvo durante el tiempo de esta celebración.
En febrero de 1933, Santa Faustina comenta: “Dos últimos días del Carnaval. Aumentaron mis sufrimientos físicos. Me uní mas estrechamente al Salvador doliente pidiéndole misericordia para el mundo entero, desenfrenado en su maldad. Durante todo el día sentí el dolor de la corona de espinas”.
“En los últimos días de Carnaval, mientras celebraba la Hora Santa, vi al Señor Jesús sufriendo la flagelación. ¡Oh, que suplicio inimaginable! Cuán terriblemente sufrió Jesús durante la flagelación! Oh pobres pecadores, ¿cómo se encontrarán el día del juicio, con este Jesús a quien ahora están torturando tanto?“, escribió en 1837.
Por último, en 1938, las visiones se repitieron. “En estos dos últimos días de Carnaval he conocido una enorme cantidad de penas y de pecados. En un instante el Señor me hizo saber los pecados cometidos estos días en el mundo entero. Me he desmayado de espanto, y a pesar de conocer todo el abismo de la Divina Misericordia, me he sorprendido de que Dios permita existir a la humanidad”.
También Santa Margarita María de Alacoque recibió revelaciones especiales durante este tiempo previo a la Cuaresma.
“Los tres días de Carnaval hubiera querido hacerme pedazos para reparar los ultrajes que hacen sufrir los pecadores a Su Divina Majestad; y en cuanto me era posible, los pasaba ayunando a pan y agua, dando a los pobres lo que recibía para mi alimento”, expresó la santa en uno de sus escritos autobiográficos.
En otra ocasión, Jesús se le “presentó después de comulgar, bajo la figura de un Ecce homo, cargado con su cruz, todo cubierto de llagas y contusiones y brotando de todo su cuerpo su sangre adorable. Con una voz dolorosamente triste, decía: ‘¿No habrá nadie que tenga piedad de mí y quiera compadecerse y tomar parte en mi dolor, viendo el lastimoso estado en que me ponen los pecadores, sobre todo en este tiempo?‘”.
En una carta escrita el 17 de enero de 1690, Santa Margarita escribió que durante carnaval “¡le ofenden y abandonan tantos pecadores! Me parece que de tal modo es éste mi tiempo de dolor y amargura, que no puedo ver ni gustar otra cosa que a mi Jesús doliente y abandonado”.
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