Pon amor en todo, también en tu imagen. Respuestas de un sacerdote a alguien que le preguntó sobre la forma de vestir sensual
El sacerdote Paulo Ricardo recibió esta pregunta: ¿Es pecado usar ropa corta o pegada? Su respuesta se centra en el amor.
Jesús resumió la moral cristiana en dos mandamientos principales: «Amarás a Yahveh tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza» y «Amarás a tu prójimo como a ti mismo«.
El núcleo del mensaje cristiano no es otro sino el amor.
Más allá de las leyes y la culpa
Quien no tiene eso constantemente frente a los ojos puede terminar interpretando la doctrina moral del Evangelio con un enfoque equivocado. Como si fuera un simple «código de leyes» o una exacerbación de los «complejos de culpa» mal resueltos del hombre.
En realidad no tiene nada que ver con eso.
Lo recordaba el papa Benedicto XVI. La fe cristiana es sobretodo el encuentro con una Persona, más que con «una decisión ética o una gran idea».
Y es a causa de ese encuentro personal y transformador que se desarrolla todo lo demás de la vida cristiana.
Cuando una persona viste una ropa sensual, es necesario considerar los tres objetos del amor cristiano.
Provoca a los demás
El primero y más evidente es el amor al prójimo. Porque quien se viste indecentemente causa escándalo a las personas a su alrededor, poniéndolas en ocasión de pecado.
Fue el propio Cristo quien dijo que «todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón» (Mt 5, 28).
Es verdad que las malas miradas y pensamientos sucios son iniciativa de otras personas. Pero quien quiere ser visto de modo «francamente provocador» actúa como un señuelo. Aunque no tenga una intención clara de «seducir al prójimo o excitar sus pasiones», cosa que sería aún peor.
Daña la propia persona reduciéndola
El segundo es el amor a sí mismo. Porque la persona que se viste de modo sensual y provocadora, al mismo tiempo en que revela los trazos de su cuerpo, termina escondiendo lo más importante que tiene: su alma.
Para comprobar esa verdad, basta mirar el humillante papel al que se prestan algunos hombres y mujeres bailando desnudos sobre los carros alegóricos carnavalescos, degradados como simples «pedazos de carne» a la vista.
Piensa más en la opinión de los demás que en la de Dios
Es, finalmente, una falta contra el amor a Dios, muchas veces por temor mundano.
Cuando alguien sabe, por ejemplo, que debe vestirse dignamente, pero no lo hace por miedo al qué dirán o pensarán sus amigos o familiares, ¿no es que prefiere el amor de las criaturas al de Dios?
Ama con tu ropa
Observa, por lo tanto, cómo el uso de ropa corta o pegada constituye una gran falta a la caridad con Dios, con los demás y contigo mismo.
Por eso, el amor tiene que estar en todo, incluso en la manera de vestir. La próxima vez que abras tu armario para escoger tu ropa, recuerda: tú eres una persona que ama.
P. Paulo Ricardo, Aleteia
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