Meditación de San Juan Pablo II sobre la invocación
Recemos
19) Modelo de nuestra expiación
L. Señor y Redentor nuestro, el Papa Pío Xl definió la veneración y adoración de tu sagrado Corazón como suma de nuestra religión y como medios para alcanzar una vida cristiana perfecta.
1. Tú mismo eres el centro de nuestra fe y tu corazón nos manifiesta que en nuestra relación con Dios sólo tiene valor el amor personal.
2. Por eso, toda la obra salvífica se basa en el amor de tu corazón. Tú nos amas y nos das tu infinita misericordia.
1. Pero más grande aún es tu amor al Padre. A El, al Dios ofendido, quieres ofrecerle la expiación por nuestros pecados.
2. Expiar significa: dar por amor lo que el pecador niega conscientemente; significa: tributar al ofendido un honor tal, que sobrepase el agravio sufrido.
1. Así tu sacrificio en la cruz fue una gracia para nosotros, expiación al Padre y de allí, redención para el mundo.
2. Pero, tu amor es más grande aún. Tú nos dejas participar de la fuerza expiatoria de tu cruz. Nos acoges en tu amor para ofrecer reparación al Padre por las culpas nuestras y ajenas y dejándonos participar en la salvación del mundo. Qué misterio!
1. Qué responsabilidad! Pues todo depende de nosotros. Toda oración, toda obra por tu reino, toda renuncia así mismo por amor a ti es participar en tu obra expiadora.
2. Tú mismo nos has pedido amor reparador.
T. Nuestro tiempo necesita hombres que sigan este llamado.
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