Gracias a su valeroso gesto
obtuvo el abrazo más afectuoso de su vida
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Esteban Pittaro, aleteia
Mientras curaba una herida de un perro de la calle, Catalina encontró una bolsa. Pensó en arrojar la bolsa a la basura, pero alcanzó a ver que adentro había dinero. Mucho. Y en vez de creer que esa bolsa era un regalo caído del cielo para ella, hizo todo lo posible por encontrar a su verdadero dueño. Ocurrió en Sierra de los Padres, provincia de Buenos Aires, a 30 km de Mar del Plata, en un día que las protagonistas difícilmente olviden.
Mientras curaba una herida de un perro de la calle, Catalina encontró una bolsa. Pensó en arrojar la bolsa a la basura, pero alcanzó a ver que adentro había dinero. Mucho. Y en vez de creer que esa bolsa era un regalo caído del cielo para ella, hizo todo lo posible por encontrar a su verdadero dueño. Ocurrió en Sierra de los Padres, provincia de Buenos Aires, a 30 km de Mar del Plata, en un día que las protagonistas difícilmente olviden.
Catalina publicó un mensaje en Facebook contando que había hallado 20.000 pesos argentinos (1250 USD) y “algo más” en la bolsa. “Si alguien les comenta que perdió esa suma y puede acreditar que es suya, detallando color y ese ‘algo más’ que contiene dentro comuníquese conmigo”, escribió Catalina, y aclaró que de no aparecer el dueño, donaría el dinero a un refugio y comedor. He aquí el mensaje:
Los falsos dueños aparecieron por doquier, imaginando ese “algo” ausente. Fueron tantos, según relató a algunos medios de comunicación Catalina, que no llegó a leerlos todos.
Porque casi en simultáneo, Lorena, empleada doméstica en Mar del Plata, publicaba un desgarrador mensaje diciendo que había estado en Sierra de los Padres con su familia para vender su coche y juntar fondos para un tratamiento contra la leucemia que sufre su hija de 10 años. Y había perdido la bolsa con el dinero.
“Nos dio plata en una bolsa de consorcio mediana roja, había 4000 dólares estadounidenses y 20 mil pesos argentinos”, detalló. “Con la venta del auto llegaba justo a cubrir todos los gastos; no pido colaboración económica, pido que algún alma pura me devuelva la bolsa. Debe quedar alguien con tan grande corazón que la encuentre y piense que no es normal dejar toda esa plata en una bolsa, (…) la vida de mi hija está en esa bolsa (…) y no puedo dar recompensa, todo lo que puedo hacer por esa persona es orar por lo que me quede de vida y si quiere limpiarle la casa hasta que me muera, es todo lo que tengo para dar”, prometió. He aquí el mensaje:
Si bien algunos comenzaron a alertar la coincidencia de los mensajes, el teléfono de Lorena no le permite estar conectada permanentemente a Facebook.
Fue de vuelta a Sierra de los Padres a verificar paso a paso cada lugar recorrido tras la venta del auto. Hasta que alguien la vio husmeando y le preguntó qué hacía. Al enterarse, este vecino la llevó hasta la casa de Catalina. Catalina los escuchó y comprendió que la bolsa era de ellos. Además, en el bolso había papeles de una historia clínica y una fotografía de una niña, que ahora tenía en frente, aunque sin pelo.
“Jamás pensé que detrás de esa bolsa hubiera tanta historia. Lo vi en los ojos llorosos de una madre desesperada, en la mirada sin brillo de una peladita que me dio el abrazo más afectuoso que recibí en mi vida”, relató el diario La Capital, de Mar del Plata. “Esa chiquita me marcó la vida. Siempre la voy a ayudar en lo que pueda”, completó.
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