Meditación de San Juan Pablo II sobre la invocación
Recemos
7) Dador del pan para la vida del mundo
L. Señor Jesucristo, en la última cena tomaste pan y pronunciaste la bendición, lo partiste y dándoselo a los discípulos, dijiste; "Tomen y coman, este es mi cuerpo" y luego les diste el cáliz diciendo "Esta es mi sangre".
1. De esta manera anticipaste misteriosamente tu sacrificio en la cruz y nos lo diste por siempre como sacrificio y banquete.
2. el odio te clavó en la cruz, pero tu amor coloca la cruz en el altar y entrega tu cuerpo como pan de vida y tu sangre como bebida.
1. Invitas a todos los hombres, como hermanos de la gran familia de Dios, a participar en tu banquete.
2. El mundo de hoy espera que hagamos visible que el compartir una misma fe y una misma mesa nos hace hermanos en la vida diaria.
1. "El cáliz de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión por la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión por el cuerpo de Cristo?
T. Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan" (1 Cor 10,16).
L. En la mesa eucarística nos encontramos como hermanos.
T. ¿Cómo podemos salir de la celebración como extraños?
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