Meditación de San Juan Pablo II sobre la invocación
Recemos
22) Consagrado al dolor
L. Oh Jesús, tu corazón está marcado con una herida mortal, rodeado de espinas, soportas la cruz.
1. Todo esto habla de dolor. Porqué? el sufrimiento y la muerte tiene su origen en el pecado; pues, quien se aleja de Dios, elige la muerte y lo que conduce a la muerte.
2. Tú has convertido el sufrimiento en gracia, al aceptar incondicionalmente la muerte como voluntad del Padre y al devolver lo que Adán le quitó; adoración gratuita y amor.
1. En Ti también nosotros somos llamados a esta entrega; también nuestros dolores, llevados a ejemplo tuyo, desde ahora son bendecidos en tu cruz.
2. Misterio insondable de tu Corazón traspasado! Quien acepta la cruz que Dios le manda, participa en tu obra salvadora, se entrega así mismo al Padre en humildad, fidelidad y valentía.
1. Los dolores, soportados con paciencia expían la culpa propia y ajena y nos confirman en el amor.
2. Qué necio, pensar que la veneración de tu Corazón herido es inadecuado para el tiempo de hoy! El valor de este corazón lo necesitan todos aquellos que tienen manos marcadas por el trabajo, la espalda encorvada y el alma llena de preocupaciones.
T. Señor, ayuda a todos aquellos que llevan la vida como una carga:
L. Conforta a los enfermos, a los accidentados y a los moribundos.
T. A todos se les "ha concedido la gracia de que por Cristo... no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis con él" (Fil 1,29).
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