Así pueden los padres ayudar a formar a sus hijos en la fe con un efecto duradero
Photo-Denver | Shutterstock Katrina Fernández, aleteia
Cuando algunos padres expresan preocupación porque sus hijos mayores se alejan de la Iglesia, les digo que el objetivo principal es construir una base sólida de fe de manera que nuestros hijos adultos puedan volver a “casa” como si volvieran a tener una vida familiar equilibrada y funcional.
Una analogía sería que los niños que provienen de familias disfuncionales pueden haber cortado las relaciones con sus padres y como resultado tienen poca interacción con sus familias como adultos y los niños de hogares estables seguirán teniendo relaciones saludables con sus familias hasta la edad adulta. La Iglesia es entonces nuestra familia espiritual.
Aunque lo que digo no es una garantía, todavía hay algunas cosas que podemos hacer como padres para ayudar a establecer estas raíces de fe en nuestros hijos.
1. No menospreciar a la Iglesia
Tengo una regla en mi casa: que no criticamos a la Iglesia ni menospreciamos a nuestros sacerdotes delante de mi hijo. Es un asesino vocacional y un propagador del cáncer espiritual el hablar negativamente de la Iglesia.
Si surge un conflicto, es importante que sus hijos lo vean resuelto de una manera madura y respetuosa. Los sacerdotes también son personas y no son inmunes al error, pero por su ministerio merecen nuestro máximo respeto. Es importante que infundamos en nuestros hijos este sentido de respeto por la Iglesia y sus siervos.
2. Animar a los hijos a relacionarse con sacerdotes y religiosos
He sido increíblemente afortunada por tener algunos sacerdotes en la vida de mi hijo que lo han apadrinado en asuntos personales y espirituales.
Si mi hijo hace una de sus preguntas típicamente inquisitivas que no puedo contestar correctamente, no tengo ningún problema con decirle que envíe un correo electrónico o llame al padre. Si necesita hablar con otra persona que no sea su vieja mamá, mi hijo acude a ellos para buscar consejo y asesoramiento. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste al padre espiritual a cenar en tu casa?
3. Hacer que los hijos se involucren en su iglesia
Es buenísimo para los preadolescentes y adolescentes hacer algún voluntariado en la parroquia. Esto construye un carácter de servicio pero también pone a los niños en interacción directa con sus padres espirituales en un nivel más personal y más allá de las interacciones de la misa semanal. Ser un joven voluntario activo también ayuda a establecer un sentido de pertenencia a la Iglesia.
Igual que las tareas domésticas hacen hincapié en que los niños son miembros de una familia, ofrecerse como voluntarios en la iglesia como servidores del altar, acompañante, monitor de guardería, jardinero, lo que sea, refuerza el hecho de que son miembros activos de su parroquia. Nuestra relación con la Iglesia debe ser dar y recibir, como en cualquier familia sana.
4. No alentar el ecumenismo demasiado pronto
Probablemente una de mis opiniones más impopulares, pero creo que es un gran error dejar que nuestros hijos vayan a servicios de otras Iglesias o funciones juveniles. Los niños pequeños e incluso los adolescentes no son lo suficientemente maduros espiritualmente ni están lo suficientemente bien formados como para defender su fe de manera articulada si son cuestionados por otras visiones.
Los grupos juveniles de la Biblia son muy populares en el Sur y mi hijo es a menudo invitado por sus amigos a ir a sus campamentos de la iglesia o reuniones de grupo juvenil. Sé por experiencia que estos eventos son usados para atraer a miembros a su iglesia.
Para un niño o un adolescente aburrido con su iglesia, estos campamentos juveniles pueden ser tentaciones seductoras. En su lugar, haga que sus hijos construyan sus propias amistades en la iglesia asistiendo a campamentos católicos y participando en sus grupos juveniles parroquiales.
Que la iglesia católica sea su única influencia infantil para poder poner esa marca indeleble en sus almas. Entonces más adelante en sus vidas el catolicismo será el único lugar donde genuinamente se sientan como en su hogar. Hay mucho tiempo para apoyar los esfuerzos en el ecumenismo en la edad adulta, desde una posición de comprensión madura de la propia fe.
5. No dejar tu fe en el banco
Lleva tu catolicismo contigo a casa. No lo dejes en el banco el domingo por la mañana. Deja que tu fe católica sea el fundamento de lo que dices, haces y piensas en tu propia vida. Sea ese el ejemplo para tus hijos. No te avergüences de ser católico y no te niegues a compartir tu fe.
Sé valiente. Sé un católico feliz, y feliz de ser católico. Deja que tus hijos vean tu gratitud por los sacramentos de la Iglesia y por las gracias que proporcionan. Haz del tuyo un hogar católico con un crucifijo visible en la pared e imágenes religiosas.
6. Por encima de todo, orar
Orar. Nunca dejes de orar. Ora por tus hijos y sus hijos. Busca la intercesión de los santos y de la Santísima Virgen María. Ora sin cesar. Llévalos a la adoración. Recen el Rosario con ellos. Lean la Biblia juntos como una familia. Rechacen dejar que se pierdan poniendo su fe y su confianza en Cristo.
Sé que puede dar miedo pensar en nuestros hijos dejando la Iglesia. Es una preocupación que está más allá de nuestro control como padres. Los niños cuando crecen a menudo hacen lo que quieren y van a donde les place. Este es un hecho que está fuera de nuestro control.
Podemos, sin embargo, controlar cuánto rezamos por ellos. Mira la historia de santa Mónica con su hijo, el doctor de la Iglesia san Agustín, que era obstinado y estaba espiritualmente perdido. Déjala ser un ejemplo de oración por la familia que nunca deja de rezar por sus hijos ni pierde la esperanza.
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