Meditación de San Juan Pablo II sobre la invocación
Recemos
13) Obediente hasta la muerte
L. Oh Jesús, siervo obediente de Dios, Tú mismo resumiste tu vida en estas palabras:
1. "He bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado" (Jn 6,8). "Padre no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc 22,42).
2. ¿Por qué es tu vida una vida de obediencia hasta la muerte en la cruz? En su desobediencia Adán separó a toda la humanidad de Dios; y en tu obediencia nos llevaste nuevamente al seno del Padre.
1. Obedecer, servir, es entregar su voluntad y libertad a Dios. Así, la verdadera obediencia es amor perfecto y da sentido y plenitud a la vida.
2. El que obedece a Dios y por amor a Dios, a la autoridad legitima, ama y vive el espíritu de tu Corazón.
1. Haz que los hombres de hoy, con su anhelo de libertad, comprendan que la obediencia, querida por Dios, es amor y por eso libertad.
2. Líbranos de los que gobiernan con arbitrariedad y tiranía. Y da valentía y fe profunda a los que sufren injusticias, dominación y persecución.
T. Danos un corazón obediente como el tuyo, siempre atento a la voluntad de tu Padre en amor y generosidad
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