Meditación de San Juan Pablo II sobre la invocación
Recemos
25) Ejemplo de entrega total
L. Señor y Salvador nuestro, tu Corazón es un corazón que salva. Con amor inefable lo entregaste al mundo no para juzgarlo, sino para salvarlo, para "buscar y salvar lo que estaba perdido" (Lc 19,10).
1. Tú sigues caminando por este mundo y buscas a hombres que comprendan tu Corazón y respondan a la llamada de tu amor.
2. Tú te regocijas cuando alguien te pregunta como San Juan "Maestro, donde vives?" (Jn 1,38) y pone su vida en tus manos; cuando un Andrés llama a su hermano Pedro, un Mateo deja el despacho de impuesto y una María se coloca a tus pies para escucharte.
1. Todos ellos han entregado su corazón al Tuyo. También al joven rico invitaste y te pusiste triste, cuando él se marchó apenado.
2. Estuvo apegado demasiado a los bienes de éste mundo. Con cuánta frecuencia has de experimentar esto hoy en día? No porque llamas con menos frecuencia se disminuyen las vocaciones sacerdotales y religiosas, sino porque muchos se han vuelto sordos por el bullicio del mundo.
1. Muchas veces es el ambiente incomprensivo y saturado que impide el crecimiento y el desarrollo de la vocación.
2. Señor, haznos dignos de nuevas vocaciones.
T. Todos nosotros somos responsables de las vocaciones de hoy.
L. "No la maldad de los perversos es el gran peligro para el tiempo de hoy,
T. sino el cansancio de los buenos" (Pio XII)
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