Se supone que en fin de año la gente hace balance de cómo le ha ido en estos doce meses. Digo se supone porque realmente no creo que muchos se paren a pensar en eso, más que nada porque la mayoría no piensa ni en esto ni en nada; simplemente no piensa.
Pero pongámonos en el caso del que sí lo hace. Lo normal es repasar cómo te ha ido profesionalmente, en el matrimonio o noviazgo, si he logrado algún reto personal o los anhelos cumplidos.
Todo esto está muy bien y es recomendable hacerlo... pero falta unas preguntas más, las que casi nadie se hace (¡ojalá me equivoque!) y que todos deberíamos.
¿He avanzado el año pasado en el amor a Dios?
Y ¿qué voy a hacer este año para avanzar más?
Porque la vida espiritual es como nadar en un río: o nadas o te arrastra, o avanzas o retrocedes, pero no puedes permanecer quieto en el mismo sitio. Por eso, o uno avanza espiritualmente o retrocede. Y si dices "bueno, sigo igual más o menos" entonces es que has retrocedido, como en el río...
!Feliz año nuevo y nuestros mejores deseos para 2020!
Los Tres Mosqueteros, ReL
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