Luther Standing Bear nació en diciembre de 1868 y murió un 20 de febrero de 1939, pero su frase: ‘Quizá la tarea más difícil de ser padres no era controlar el comportamiento ajeno, sino el propio’… sigue marcando la crianza más actual. Luther S.B era un jefe indio en Lakota que fue reconocido por ser filósofo y educador, además también era escritor y se dedicaba a otras cosas, como a intentar preservar su comunidad.
En la actualidad, muchos padres llegan a la consulta de los profesionales diciendo cosas como; ‘No puedo con mi hijo’, ‘¿Qué puedo hacer con mi hijo?’, ‘Vengo a que re-eduques a mi hijo’… Y es una verdadera pena este pensamiento, porque antes de empezar a trabajar con los niños, en la gran mayoría de los casos, hay que trabajar con los padres. Los padres antes de hacer las preguntas señaladas en este párrafo, deberían hacer un trabajo de reflexión y pensar, qué es lo que deben hacer ellos mismos en sus vidas, para poder convertirse en el referente que necesitan sus hijos. Los niños observan lo que ven y se comportan en consecuencia a ello.
Los padres son el gran ejemplo
Los padres son el gran ejemplo de los hijos, y los niños necesitan ver en ellos un buen comportamiento y buenos valores para que de esa manera, el comportamiento de los hijos mejore casi automáticamente. Los padres educan con el ejemplo y esto es indiscutible. En este sentido, los padres primero deben pensar en ellos mismos, en su autocuidado y en su salud emocional… y después, pensar en cómo educar a sus hijos.
Gritas. Te descontrolas. Te frustras. Tienes impotencia. Y lloras. Lloras porque piensas que algo estás haciendo mal, porque sientes culpa de cómo estás criando a tus hijos, porque crees que lo harías mejor que tus padres y ahora te das cuenta de lo difícil que es criar… piensas que no tienes recursos o que los que tienes no valen, o valen pero no sabes cómo utilizarlos correctamente. Y mientras estás en ese camino, tus hijos crecen con un mal ejemplo, con malas palabras, con lloros, ¿y si le está afectando a su autoestima? ¿Y si lo estás haciendo tan mal que su personalidad se verá perjudicada? Y sigues llorando.
No lo haces mal. La crianza es difícil, pero debes mirar tu comportamiento antes de intentar ver qué le pasa a tu hijo. ¿Gritas? Tus hijos gritarán. ¿Fumas? Tus hijos adolescentes fumarán e incluso podrían probar otras drogas… ¿Qué le estás enseñando a tus hijos si no te cuidas a ti primero? ¿Crees que te respetarán si no eres capaz de cuidarte a ti mismo? ¿Cómo les vas a cuidar a ellos si no eres capaz de cuidarte a ti primero?
Trabaja en tu autocontrol
Es necesario que los padres no discutan sobre cómo un niño se comporta, porque puede provocar hostilidad, nervios y estrés entre ellos. Es necesario buscar la raíz del problema e intentar solucionar las cosas desde la calma y la paz. Claro, es más fácil decirlo que hacerlo. Pero es necesario. Si quieres trabajar en tu autocontrol y tu cuidado, no te olvides de lo siguiente:
- Recuerda cada día que eres su mayor ejemplo. Para que tus hijos tengan una buena regulación emocional deberás enseñarles a que tú también tienes esa regulación.
- Cuando te desborden las emociones, recuerda que tu cerebro racional deja de funcionar. No actúes en ese momento. Escoge no actuar y salir del contexto mientras estés nervioso. Busca la calma y el respeto tanto hacia ti mismo como hacia tus hijos. Cuando llegue la calma a ti podrás actuar con confianza.
- Debes estar bien para educar bien. Recuerda que solo tendrás a hijos felices cuando tú seas feliz también. Cuida de ti primero para cuidar después de tu hijos, mejor.
La educación no es algo que se sepa hacer bien de la noche a la mañana, no hay un manual de instrucciones. Trabaja tus propias emociones para que tu día a día sea más equilibrado y menos caótico. Cuando sientas en ti cómo tus emociones se regulan y la calma está en tu interior, todo será mucho más fácil.
EtapaInfantil.com
Nota: no olviden la educación en la fe. El Concilio Vaticano II ha hecho todo un documento al respecto. Cuando tenga un momento de tranquilidad vaya y déjese instruir por el Concilio.
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