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jueves, 23 de enero de 2020

¿Por qué tu hijo quiere tener un hermanito?

¿Qué necesidades tiene el niño que pide a sus padres otro hermano?


No importa cuántos hijos tengas, la llegada de un nuevo miembro de la familia siempre es emocionante para los niños. 
Seguramente has escuchado a tu hijo pedir alguna vez un hermanito, y más allá de las circunstancias personales de cada familia, es importante reconocer las razones por las cuales tu hijo puede sentir esa necesidad.

ALGUIEN CON QUIEN JUGAR

La razón principal por la cual puede pedir un nuevo hermano es que quiere alguien con quien jugar. La amistad es un concepto que se va desarrollando a partir de la primera infancia y los niños descubren que sería genial tener un amigo que viva con ellos y que puedan jugar a la hora que sea.

OTRO COMO ÉL

Otra razón por la cual pueden querer un hermano es para contar con un aliado frente a sus padres. Los hijos saben que sus padres están en otra categoría familiar y, aunque les quieren mucho y juegan con ellos, les gustaría contar con un “colega”, alguien con quien hacer equipo y poder compartir.

PIDE AYUDA

También puede ser que busquen ayuda, saben que dos pueden más que uno, y que contar con la ayuda de un hermano para ordenar, recoger o incluso para cumplir los encargos de la casa puede ser muy beneficioso.

ALGUIEN A QUIEN CUIDAR

Otra razón por la que quieren un hermanito es para enseñarle y protegerlo. Así como ven la labor de sus padres o hermanos mayores, nuestro hijo puede tener la necesidad de convertirse en mayor: de enseñar, de cuidar y hasta mandar sobre alguien más. 

¿Otro hijo?

Estas y otras razones pueden ser la causa de que tu hijo pida insistentemente un hermanito. Sin embargo, ¿has pensado en las razones por las que puede ser beneficioso para la familia ceder ante su deseo?
Aunque al principio puede parecer que el trabajo se multiplica, pronto de das cuenta que después del primer hijo, todo es más fácil. Ya cuentan con experiencia y comienzan a prestarle atención a lo verdaderamente importante en vez de prestarle atención a detalles superficiales.
Otra razón puede ser que es más fácil educar en virtudes cuando hay varios en casa. El hecho de tener que compartir los juguetes, o el tiempo con mamá, ayuda a los padres a educar en generosidad. Otras virtudes que son más fáciles de desarrollar cuando hay hermanos pueden ser la lealtad, el respeto, la cooperación, la empatía etc.
Los hermanos tienen una conexión especial y esta camaradería que desarrollan ayuda a tu hijo a entrenarse para la vida. Sus habilidades sociales se ven potenciadas cuando han tenido este entrenamiento desde pequeños.
Finalmente hay que recordar que cada familia es un mundo, y que solo nosotros sabemos cuáles son nuestras capacidades y posibilidades. Si nuestro hijo pide un hermanito en un momento en el que, por diversas razones, sabemos que no puede llegar, tratemos de comprender sus razones y tratar de llenar esa necesidad con algún primo o incluso convirtiéndose en el “hermano mayor” de algún niño que lo necesite. Hemos aprendido que la hermandad no tiene que ser solo de sangre, y que hay muchas maneras en las que podemos llenar el corazón de nuestros hijos y ayudarlos a querer más a los demás.

María Verónica Degwitz, Aleteia



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