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sábado, 3 de agosto de 2024

Especialmente para los que NO suelen ir a Misa Los Domingos. Para que descubran lo que están perdiendo

 Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa

Las palabras de la Consagración son como carbones encendidos en mis labios.

El Padre Guardiano de San José de Copertino se aventuró a preguntar al santo: ¿Cómo es que celebra la Santa Misa tan bien, y tartamudea a cada sílaba de la Consagración?

San José Contestó: Las palabras sagradas de la Consagración, son como carbones encendidos en mis labios. Cuando las pronuncio, lo hago como si tuviera que tragar alimento hirviente.

El Señor del Universo quiere que descanses en él.

¿Qué puedo temer? Él, quien sostiene al mundo, está en mí. La Sangre de un Dios circula por mis venas: No temas, oh alma mía. El Señor del Universo te ha tomado en sus brazos, y quiere que descanses en él.

Beata Luisa Margarita Claret de la Touche


Puede algún sacrificio ser imposible.

San Vicente de Paul preguntaba a sus misioneros: ¿Habiendo recibido a Jesus en sus corazones, puede algún sacrificio serles imposible?


¡Sabores de Gloria Eterna!

¡Oh, Sagrada Comunión! ¡Alturas indescifrables que el espíritu alcanza! ¿Qué cosa tiene el mundo que iguale estos gozos puros, celestiales, estos sabores de Gloria Eterna?

Beato Contardo Ferrini

El diablo quiere que estemos separados de la Sagrada Comunión.

Cuando el Diablo no puede entrar con el pecado a un alma, él desea que ese santuario permanezca cuando menos desocupado, sin Dueño, y bien separado de la Sagrada Comunión.

Santa Teresa de Jesús
Doctora de la Iglesia


Los que reciben una Comunión sacrílega...

Los que reciben una Comunión sacrílega, reciben a Satanás; a Satanás, para permitirle reinar.

San Cirilo de Alejadría
Doctor de la Iglesia

Para poder derramar la sangre por Cristo.

Se echa encima una lucha más dura y feroz, a la que se deben preparar los soldados de Cristo con una fe incorrupta y una virtud acérrima, considerando que para eso beben todos los días el cáliz de la sangre de Cristo, para poder derramar a su vez ellos mismos la sangre por Cristo.

San Cipriano
Padre de la Iglesia
Carta 58,1

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