una réplica de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús del Cerro de los Ángeles.
Francisco recibió este sábado en la Sala Clementina del
Palacio Apostólico a toda la comunidad del seminario mayor
Nuestra Señora
de los Apóstoles, de Getafe (Madrid), presidida
por el obispo de la diócesis, Ginés García Beltrán, y su
obispo auxiliar, José
María Avendaño.
Treinta jóvenes se
preparan en él para el sacerdocio, lo que
lo convierte en uno de los seminarios
más florecientes de España.
Estarán varios días en Roma, en una peregrinación
para conocer
las basílicas y las catacumbas, entre otros monumentos, y
empaparse de romanidad y cristiandad.
La intención de la visita al Papa, según
había expresado
monseñor García Beltrán en un mensaje a sus diocesanos
en los días previos a la audiencia, era escucharle
"con un
corazón abierto" para atender sus
"recomendaciones" y
reiterarle su "adhesión filial".
Y el motivo de hacerlo ahora es el trigésimo aniversario
de
la creación oficial del seminario, que dio sus primeros
pasos en Cubas de la
Sagra en 1992, bajo el impulso de
Francisco José Pérez y Fernández-Golfín, primer obispo
de la
diócesis, erigida en 1991. En 1994 se instaló en su
actual ubicación, el Cerro de los Ángeles.
El Papa hizo referencia a ese privilegio
espiritual. En ese
lugar, centro geográfico de España, se encuentra el
Monumento al Sagrado Corazón al
cual y ante el cual
consagró España el rey Alfonso XIII el 30 de mayo de
1919. Dinamitado por
milicianos del Frente Popular al inicio
de la guerra civil española, fue
reconstruido en 1965.
"Pido al Señor Jesús que Él sea para
cada uno de ustedes el
centro de vuestra vida, que vaya modelando sus corazones
según el suyo, y que los
tenga siempre muy pegaditos a su
corazón", les dijo Francisco a los
seminaristas.
También les recordó una frase de San Juan María Vianney,
el Santo Cura de Ars, patrono del clero con cura de almas, quien
decía que "si comprendiéramos bien lo que es
un sacerdote
en la tierra, moriríamos: no de miedo, sino de amor".
El camino para ser sacerdotes, para la
"configuración con
Jesús, buen pastor, no está exento de
dificultades", añadió el
pontífice: "Por eso, cada vez que me encuentro
con seminaristas
les recuerdo que tienen que recorrerlo cuidando cuatro aspectos fundamentales, que son la
vida espiritual, el estudio, la vida
comunitaria y la actividad
apostólica".
E insistió: "El Señor y la Iglesia
esperan que los sacerdotes sean,
ante todo, hombres íntegros y generosos en la respuesta a la
vocación
recibida, siempre disponibles para la escucha y el perdón,
decididos a
vivir hasta el tope su entrega total a Dios y a los hermanos,
con especial
predilección por los que más sufren, por los pobres y los descartados".
Jesús M.C., Alteia
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