Invitamos a los matrimonios y a personas interesadas en una familia feliz, a leer y asimilar pasajes de la Exhortación pontifical 'Amoris laetitia' del Papa Francisco.
194. La relación entre los hermanos se profundiza con el
paso del tiempo, y «el vínculo de fraternidad que se forma en la familia entre
los hijos, si se da en un clima de educación abierto a los demás, es una gran
escuela de libertad y de paz. En la familia, entre hermanos, se aprende la
convivencia humana [...] Tal vez no siempre somos conscientes de ello, pero es
precisamente la familia la que introduce la fraternidad en el mundo. A partir
de esta primera experiencia de hermandad, nutrida por los afectos y por la
educación familiar, el estilo de la fraternidad se irradia como una promesa
sobre toda la sociedad»[220].
195. Crecer entre hermanos brinda la hermosa experiencia de
cuidarnos, de ayudar y de ser ayudados. Por eso, «la fraternidad en la familia
resplandece de modo especial cuando vemos el cuidado, la paciencia, el afecto
con los cuales se rodea al hermanito o a la hermanita más débiles, enfermos, o
con discapacidad»[221]. Hay que reconocer que «tener un hermano,
una hermana que te quiere, es una experiencia fuerte, impagable, insustituible»[222], pero hay que enseñar con paciencia a los
hijos a tratarse como hermanos. Ese aprendizaje, a veces costoso, es una
verdadera escuela de sociabilidad. En algunos países existe una fuerte
tendencia a tener un solo hijo, con lo cual la experiencia de ser hermano
comienza a ser poco común. En los casos en que no se haya podido tener más de
un hijo, habrá que encontrar las maneras de que el niño no crezca solo o
aislado.
De la Exhortación ‘Sobre el Amor en la Familia’ (Capítulo V: El Amor se
vuelve fecundo)
Vea también Recemos: Unidos en el Amor
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