Evangelio
según San Lucas 12,54-59.
Jesús dijo a la
multitud:
"Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida
que va a llover, y así sucede.
Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo
entonces no saben discernir el tiempo presente?
¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?
Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar
a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el
juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último
centavo."
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Las
Confesiones X, 6,8-9. Adapt. sc©evangelizo.org
¡Pregunta a los misterios invisibles de Dios!
Yo, Señor, sé con certeza que te amo, no tengo duda en ello.
Heriste mi corazón con tu palabra y te amé. El cielo, la tierra y todas las
criaturas que en ellos se contienen por todas partes me están diciendo que te
ame. Y no cesan de decírselo a todos los hombres, de modo que no puedan tener
excusa si lo omiten (cf. Rom 1,20). Pero el más alto y seguro principio de ese
amor es que Tú tienes misericordia, haciendo que te amen los que reciben tu
misericordia… Pero ¿qué es lo que amo cuando te amo? No es hermosura corpórea,
ni bondad transitoria, ni luz material agradable a estos ojos; no suaves
melodías de canciones, no la gustosa fragancia de las flores (…). Nada de eso
es lo que amo, cuando amo a mi Dios. No obstante, amo una cierta luz, una
cierta armonía, una cierta fragancia, un cierto manjar y un cierto deleite
cuando amo a mi Dios, que es luz, melodía, fragancia, alimento y deleite de mi
alma. Resplandece entonces en mi alma una luz que no ocupa lugar; se percibe un
sonido que no lo arrebata el tiempo; se siente fragancia que no la esparce el
aire. Todo esto es lo que amo cuando amo a mi Dios. Pero ¿qué es? Yo pregunté a
la tierra y respondió “No soy yo”. Cuantas cosas se contienen en la tierra me
respondieron lo mismo. Pregúntale al mar y a los abismos, y a todos los
animales que viven en las aguas y respondieron “No somos tu Dios, búscalo más
arriba de nosotros”. Pregunté al aire que respiramos y respondió él con los que
le habitan. Pregunté al cielo, Sol, Luna y estrellas, y me dijeron “Tampoco
somos nosotros ese Dios que buscas”. Entonces dije a todas las cosas que por
todas partes rodean mis sentidos “Ya que todas me han dicho que no son mi Dios,
díganme algo de él”. Y con una gran voz clamaron todas: Él es el que nos ha
hecho (Sal 99,3).
(evangeliodeldia)
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