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miércoles, 23 de octubre de 2024

Evangelio del día


 

Carta de San Pablo a los Efesios 3,2-12.

Hermanos:
Seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido dispensada en beneficio de ustedes.
Fue por medio de una revelación como se me dio a conocer este misterio, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras.
Al leerlas, se darán cuenta de la comprensión que tengo del misterio de Cristo,
que no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas.
Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio.
De este Evangelio, yo fui constituido ministro por el don de la gracia que recibí de Dios, en virtud de la eficacia de su poder.
Yo, el menor de todos los santos, he recibido la gracia de anunciar a los paganos la insondable riqueza de Cristo,
y poner de manifiesto la dispensación del misterio que estaba oculto desde siempre en Dios, el creador de todas las cosas,
para que los Principados y las Potestades celestiales conozcan la infinita variedad de la sabiduría de Dios por medio de la Iglesia.
Este es el designio que Dios concibió desde toda la eternidad en Cristo Jesús, nuestro Señor,
por quien nos atrevemos a acercarnos a Dios con toda confianza, mediante la fe en él.


Libro de Isaías 12,2-3.4bcd.5-6.

Este es el Dios de mi salvación:
yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerza y mi protección;
él fue mi salvación.
Ustedes sacarán agua con alegría
de las fuentes de la salvación.

Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,
anuncien entre los pueblos sus proezas,
proclamen qué sublime es su Nombre.

Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso:
¡que sea conocido en toda la tierra!
¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión,
porque es grande en medio de ti
el Santo de Israel!


Evangelio según San Lucas 12,39-48.

Jesús dijo a sus discípulos: "Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada".
Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?".
El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse,
su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo.
Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Bulle

San Fulgencio de Ruspe (467-532)
obispo en África del Norte
Sermón I, 2-3 (Lectures chrétiennes pour notre temps, Abbaye d'Orval, 1971), trad. sc©evangelizo.org


¡Feliz el servidor fiel que ofrece la medida de trigo!

Si nos preguntamos cuál es la medida de trigo, san Pablo señala que “es la medida de la fe que Dios repartió a cada uno” (Rom 12,3) Lo que Cristo llama medida de trigo, Pablo lo llama medida de fe. Nos enseña que no hay otro trigo espiritual que el venerable misterio de la fe cristiana. Esta medida de trigo, la damos en el nombre del Señor cada vez que iluminados por los dones espirituales de la gracia, hablamos con la regla de la verdadera fe. Esta medida ustedes la reciben por los servidores del Señor, cada vez que escuchan de ellos la palabra de verdad.
¡Qué esta medida de trigo que Dios comparte con nosotros sea nuestro alimento! Saquemos de ella el alimento para nuestra buena conducta, para llegar a la recompensa de la vida eterna. Creamos en Dios que se da a nosotros como alimento, para que no claudiquemos en camino, y se reserva como nuestra recompensa para que encontremos la alegría de la patria. Creamos y esperemos en él, amémoslo más allá de todo y en todo. Porque Cristo es nuestro alimento y nuestra recompensa. Cristo es el alimento y conforto de los viajeros en camino, él es la plenitud y exultación de los bienaventurados en su reposo. (EDD)

Oración 

Sé que me amas y que tienes grandes planes para mí.
Pero a veces me abruma pensar en mi futuro.
Muéstrame cómo caminar hacia adelante un día a la vez.

Que me anime mientras busco abiertamente,
conocer todas las opciones,
escuchar los consejos de los demás,

y prestar atención a mis propios sentimientos.

Haciendo estas cosas, que oiga tu llamada
a un estilo de vida y una carrera que me permitan amar como sólo yo puedo,
y déjame servir a los demás con los dones especiales

que me has dado.

Amén.

(sistersofprovidence.net)

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