Evangelio
según San Marcos 10,46-52.
Después llegaron
a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una
gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado
junto al camino.
Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús,
Hijo de David, ten piedad de mí!".
Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte:
"¡Hijo de David, ten piedad de mí!".
Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le
dijeron: "¡Animo, levántate! El te llama".
Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él.
Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". El le respondió:
"Maestro, que yo pueda ver".
Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". En seguida comenzó a ver
y lo siguió por el camino.
Extraído de la
Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Santa
Gertrudis de Helfta (1256-1301)
monja benedictina
Ejercicios,
n°6; SC 127
«Maestro, que
pueda ver»
En ti, Oh Dios vivo, mi corazón y mi carne se estremece, y mi alma se regocija en ti, mi verdadera salvación. ¿Cuándo te verán mis ojos, Dios de los dioses, Dios mío? ¿Dios de mi corazón, cuándo me regocijarás con la visión de la dulzura de tu rostro? ¿Cuándo colmarás el deseo de mi alma con la manifestación de tu gloria? ¡Dios mío, tu eres mi herencia escogida de entre todos, mi fuerza y mi gloria! ¿Cuándo entraré en tu omnipotencia para ver tu fuerza y tu gloria? ¿Cuándo en lugar del espíritu de tristeza me revestirás con el manto de la alabanza, para que unida a los ángeles, todos mi ser te ofrezca un sacrificio de aclamación? ¿Dios de mi vida, cuándo entraré en el tabernáculo de tu gloria, para poder cantarte en presencia de todos los santos, y proclamar con el alma y el corazón que tus misericordias para conmigo han sido magníficas? ¿Cuándo se romperá la red de esta muerte, para que mi alma pueda verte sin intermediario?... ¿Quién resistirá a la vista de tu claridad? ¿Cómo podrá verte el ojo y oírte la oreja, contemplando la gloria de tu rostro? (Referencias bíblicas: Sal. 83,3; Sal. 70,16; Lc 1,47; Is 61,10; Sal. 26,6; Gn 19,19) (evangeliodeldia)
Gracias Señor Jesús por quitar mi ceguera espiritual, por trasladarme de las tinieblas a tu luz admirable, quiero ser testimonio de tu amor y poder, y compartir a otros lo que has hecho en mi vida. Hazme obediente a tu Palabra para recibir tu bendición. Amén.
(conexiondevida.org)
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