Evangelio
según San Lucas 11,29-32.
Al ver Jesús que
la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación
malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.
Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo
será para esta generación.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta
generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para
escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y
la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí
hay alguien que es más que Jonás.
Extraído de la
Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Afraates (¿-c.
345)
monje, obispo
cerca de Mossul
Las
Disertaciones, nº 3, Del ayuno; SC 349
«¿Cuál es el
ayuno que yo quiero? ¿Acaso no es abrir las prisiones injustas?» (Is 58,6)
Los ninivitas
ayunaron con un ayuno completo cuando Jonás les predicó la conversión. (...)
Esto es lo que está escrito: “Dios vio sus obras y cómo se convertían de su
mala vida, y aplacó el incendio de su ira” (Jon 3,10). No dice: “Vio que
ayunaban a pan y agua y se vestían de saco y ceniza”, sino: “Vio Dios lo que
hacían, cómo se convirtieron de su mala conducta”. Porque el rey de Nínive
había dicho: “Que cada uno se convierta de su mala conducta y de la violencia
que hay en sus manos” (v. 8). Hicieron un ayuno sincero y fue aceptado. Porque,
amigo mío, cuando se ayuna, la abstinencia de la maldad es siempre la mejor. Es
mejor que la abstinencia de pan y de vino, mejor que “humillarse a sí mismo,
mover la cabeza como un junco, acostarse sobre saco y ceniza” como dice Isaías
(58,5). En efecto, cuando el hombre se abstiene de pan, de agua o de cualquier
alimento, cuando se cubre de saco y ceniza y se aflige, eso es agradable a los
ojos de Dios. Pero lo que a Dios más le place es: “(...) desatar los lazos de
la maldad, y arrancar todo yugo de esclavitud” (v. 6). Entonces para este
hombre “brotará tu luz como la aurora, te precederá tu justicia, y serás como
huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan” (v. 8-11). No se
parece en nada a los hipócritas “que desfiguran su rostro para que los hombres
vean que ayunan” (Mt 6,16).
(evangeliodeldia)
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