
Los mártires en la Iglesia católica son ampliamente reconocidos como hombres y mujeres que fueron asesinados por su fe -lo que no ocurrió con la Santísima Virgen María- . Sin embargo, la definición de mártir no es completa, ya que la Iglesia primitiva consideraba un significado mucho más amplio de esa palabra.
Testigo de la fe
La palabra "mártir" deriva originalmente de la palabra griega martus, que significa "testigo que da fe de un hecho del que tiene conocimiento por observación personal". En el uso cristiano, se aplicó inicialmente a los apóstoles, que fueron testigos directos de la vida de Jesucristo y su resurrección.
Más tarde, en los primeros siglos de la Iglesia, el término se utilizó exclusivamente para referirse a aquellos hombres y mujeres santos que dieron testimonio de Cristo derramando su sangre.
La Santísima Madre sin duda cumple con esa definición inicial, pero san Bernardo también argumentó que el "corazón traspasado" de María la hace cumplir también con el segundo significado.
El martirio de la Vigen María
San Bernardo comenta el martirio de la Virgen María en una homilía que pronunció con motivo de la fiesta de la Asunción:
"El martirio de la Virgen se expone tanto en la profecía de Simeón como en la historia real de la pasión de nuestro Señor. El santo anciano dijo del niño Jesús: 'Ha sido establecido como una señal que será contradicha'. Y continuó diciendo a María: 'Y tu propio corazón será traspasado por una espada'".
Explica lo intensamente que ella sufrió a causa del sufrimiento de su Hijo, Jesús:
"En verdad, oh Madre bendita, una espada ha traspasado tu corazón. Porque solo atravesando tu corazón pudo la espada penetrar en la carne de tu Hijo. En efecto, después de que tu Jesús —que pertenece a todos, pero especialmente a ti— entregara su vida, la cruel lanza, que no se detuvo ante su cuerpo sin vida, le abrió el costado. Es evidente que no tocó su alma y no pudo hacerle daño, pero sí traspasó tu corazón".
Mártir de espíritu
San Bernardo dice entonces: "No os sorprendáis, hermanos, de que se diga que María es mártir en espíritu. Que se sorprenda quien no recuerde las palabras de Pablo, que uno de los mayores crímenes de los gentiles era que carecían de amor. Eso estaba lejos del corazón de María; que esté lejos de sus siervos".
Puede que María no fuera una mártir tradicional, pero el dolor que experimentó por la crucifixión de su Hijo la convirtió en mártir en espíritu
Philip Kosloski, Aleteia
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