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viernes, 5 de diciembre de 2025

Obispo Erik Varden: castidad es integridad, «armonizar mis deseos carnales hacia la vida en Cristo»

Converso del luteranismo y trapense noruego, uno de sus últimos libros versa sobre la virtud de la castidad.

Erik Varden, obispo de las prelaturas de Trondheim y Tromso y monje trapense, ha adquirido una relevancia internacional a través de sus libros y conferencias.

Erik Varden, obispo de las prelaturas de Trondheim y Tromso y monje trapense, ha adquirido una relevancia internacional a través de sus libros y conferencias

Convertido al catolicismo, monje trapense en Inglaterra, padre abad, monseñor Erik Varden, OCSO [Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia] es obispo de Trondheim, en Noruega. Uno de sus últimos libros es Castidad (Encuentro), sobre el que le han entrevistado Christophe y Élisabeth Geffroy en La Nef:

-¿Podría describirnos su trayectoria espiritual y lo que le llevó al catolicismo y a la Trapa, una orden muy exigente?

-Bautizado en la Iglesia Luterana, que en Noruega fue la Iglesia oficial hasta 2012, crecí en una familia sin una práctica cristiana muy explícita. Mi búsqueda religiosa comenzó a los 14 o 15 años, provocada por una sed interior, alimentada por la literatura y la música

»Tenía 17 años cuando visité por primera vez un monasterio, un poco por casualidad. La vida monástica me asustaba un poco por su radicalidad; al mismo tiempo, me fascinaba profundamente. 

»Durante mi primer año en Cambridge, un sacerdote marista, profesor de historia irlandesa, acompañó mi conversión al catolicismo: leímos juntos todos los documentos del Concilio Vaticano II, una excelente preparación. Permanecí en la universidad durante diez años como estudiante de teología e historia de la Iglesia. Mi tesis doctoral versó sobre el cardenal Pierre de Bérulle (1575-1629) y en 2000 pude pasar un tiempo de investigación posdoctoral en la École normale supérieure de la Rue d'Ulm, en París. A mi regreso a Cambridge, tenía claro que ese capítulo de mi vida había terminado. 

»Mi primera visita a la abadía de Mount Saint Bernard tuvo lugar en octubre de 2001. Fui en busca de orientación espiritual y encontré mi futuro. Toda vida es exigente. La vida de la Trapa también tiene sus placeres y consuelos. Es una vida feliz que me he amado mucho.

'Castidad' es una de las obras del obispo y monje Erik Varden editadas en español.

'Castidad' es una de las obras del obispo y monje Erik Varden editadas en español.Encuentro

- Por qué ha elegido la castidad, un tema bastante austero y a menudo incomprendido, como tema de su libro? ¿Y cómo la define?

-Precisamente por la incomprensión que la rodea. Quería comprender, y hacer comprender a los demás, lo que San Benito quería decir cuando exhortaba a sus monjes a "amar la castidad".

»En el vocabulario latino de su época, el término castus ("casto") podía utilizarse como sinónimo de integer ("íntegro"). La castidad, entendida correctamente, implica una búsqueda de la integridad; se trata de armonizar los diversos aspectos de mi ser, incluidos mis deseos carnales, para orientarlos hacia un fin adecuado: la vida en Cristo que me lleva a cumplir la audaz promesa hecha por San Pedro, de que lleguemos a ser "partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1, 4). Solo esta perspectiva nos permite comprender el profundo impulso de nuestro corazón y nuestro cuerpo.

-¿Qué relación establece entre la castidad y la resurrección de la carne? ¿Por qué habría que hablar más de la fe en la resurrección de la carne?

-Porque nos recuerda el potencial de eternidad que subsiste en nuestra carne. En nuestro clima cultural, en gran medida desprovisto de referencias cristianas, que tiende al dualismo (y que se forma ideas cada vez más abstractas de la identidad, un concepto ahora colonizado por la terminología de la inteligencia artificial), es necesario reflexionar en profundidad sobre la encarnación, bajo dos aspectos: 

  • la huella dejada en la ontología humana por su creación a imagen de Dios; 
  • y el impacto en nuestra naturaleza de la encarnación del Verbo.

»Reconocer la vocación de nuestra carne a la semejanza divina nos ofrece una hermenéutica para gestionar con inteligencia los apetitos y las debilidades del cuerpo, su exultación y su sufrimiento.

-¿Cómo se pueden relacionar castidad, belleza y placer? ¿Cuál es el reto de una verdadera educación en la belleza?

-El reconocimiento de que, en última instancia, la belleza no se reduce a la evaluación estética, sino que apunta a una realidad trascendente, una vía posible para conocer el misterio divino

»El placer tiende a la autosuficiencia. Tiene un lado egoísta. No es casualidad que hablemos espontáneamente de "mi placer". El placer que puede suscitar un encuentro con la belleza no es sospechoso, solo imperfecto. La belleza percibida como significativa, como un reflejo de la presencia divina, me sacará de mí mismo, me abrirá al Otro. Tal dinámica culminará en la acción de gracias. La capacidad de decir con asombro "¡Gracias!" es un indicio de madurez espiritual.

-¿Puede la ascética ser aliada de la castidad? Si es así, ¿cómo? Durante mucho tiempo muy impopular y abandonada, ¿está la ascética llamada a volver con más fuerza a las costumbres y prácticas de los creyentes?

-El significado de la palabra griega "ascesis" es "ejercicio". Por lo tanto, es una palabra muy apropiada para nuestra época, en la que, incluso en pequeños pueblos rurales, encontramos gimnasios en cada esquina. ¿Por qué los frecuentamos con tanta asiduidad? Para permitir que el cuerpo alcance su estado óptimo, en busca de equilibrio y fuerza. 

»Cuando descubrimos que el alma tiene exigencias tan grandes como las del cuerpo, querremos satisfacerlas para cumplir las promesas que esas exigencias conllevan. En primer lugar, será necesario despertar a la vida del alma. Este es un desafío grande y lleno de alegría para la predicación y la catequesis cristianas.

-Desde 2023 usted es administrador apostólico de Tromsø: ¿cuál es, en su opinión, la misión prioritaria de un obispo hoy en día? ¿Y cuál es la particularidad de su ministerio en un país donde los católicos son una pequeña minoría?

-En primer lugar, se trata de una minoría que no es tan pequeña. La Iglesia católica es, en términos numéricos, la segunda confesión religiosa en Noruega. Es una Iglesia en crecimiento, joven, llena de vitalidad, aunque con pocos medios. La comunidad católica en Noruega es multicultural y políglota. En la parroquia de la catedral de Trondheim, tenemos fieles procedentes de más de cien países. 

»Ayudar a que una realidad tan compleja forme una comunión es un reto, pero no es imposible. Me sorprende constantemente la enorme buena voluntad que caracteriza a nuestras comunidades. Los noruegos étnicos son minoría. Esto no es necesariamente malo. En la búsqueda de la unidad, siempre hay que encontrar criterios que vayan más allá de la simple uniformidad cultural con sus presupuestos, preferencias y prejuicios. Hay que profundizar más. Así nos vemos impulsados a reflexionar mejor sobre la naturaleza de la Iglesia y la vida en Cristo. 

»El católico está maravillosamente preparado para entenderse a sí mismo como miembro de una comunidad específica y como miembro de un Cuerpo que trasciende todas las fronteras. En un contexto cultural y político en el que se observa en todo Occidente la tendencia a quemar puentes y construir muros, esta tensión intrínseca a la identidad católica es beneficiosa. 

»¿Cuál es la misión prioritaria del obispo en este sentido? Predicar el Evangelio, enseñar la fe en su plenitud, practicar la hospitalidad, ayudar a los pobres, ser garante de la unidad.

-Más concretamente, ¿cuál es la situación religiosa de Noruega y, en particular, de la Iglesia católica? ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta?

-El principal reto sigue siendo el mismo: vivir de manera creíble y generosa el imperativo de la caridad en la verdad, sin permitir que la proclamación de la fe se reduzca a mera retórica. Esto presupone una lucha valiente y lúcida contra el orgullo, la ira, el miedo, pasiones que condicionan, a menudo de manera absurda, nuestro comportamiento, incluso en la Iglesia.

-Europa se está descristianizando profundamente: ¿qué le inspira esta evolución?

-Me pregunto: ¿no ha quedado ya muy atrás la etapa de la descristianización? Donde vivo y trabajo, se observa claramente un nuevo paradigma, el de la post secularización. Contemplo las manifestaciones de una nueva búsqueda de sentido, de una búsqueda de la verdad. Más allá de cualquier categorización fácil, la Iglesia se despierta en las almas, por retomar la feliz expresión de Guardini. Cristo habla a los corazones. 

»En 1947, en su introducción a las homilías de Orígenes sobre el libro del Éxodo, publicadas por Sources chrétiennes, el padre Henri de Lubac señaló:

  • "[Para Orígenes] Cristo devuelve al mundo envejecido una juventud perpetua. Es la traducción más reflexiva del sentimiento de alegría que animaba a las primeras comunidades cristianas, conscientes de ser las herederas de la tradición más antigua y, sin embargo, de instaurar un mundo nuevo. Depende aún del cristiano de hoy que el cristianismo aparezca ante todos como la juventud del mundo y su esperanza". 

»¡Esa es nuestra tarea! Exige de nosotros determinación, fe, humildad y entusiasmo.

ReL

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