Nuestra Señora de Shehan |
El 27 de mayo de 2007, Solemnidad de Pentecostés, el Santo Padre Benedicto XVI envió una Carta a los Obispos,presbíteros, personas consagradas y fieles laicos de la Iglesia católica en la República Popular China, ofreciendo algunas orientaciones sobre la vida de la Iglesia y la obra de evangelización en China, con el fin de ayudar a los católicos chinos a descubrir lo que el Señor quiere (cf n. 2). En la Carta, el Papa Benedicto XVI propone también una iniciativa espiritual: “el día 24 de mayo, que está dedicado a la fiesta litúrgica de la Santísima Virgen María, Auxilio de los Cristianos —y que es venerada con tanta devoción en el santuario mariano de Sheshan en Shanghai—, podría llegar a ser en el futuro una ocasión para los católicos de todo el mundo para unirse en oración con la Iglesia en China”. Desde hace 10 años, esta jornada de oración, no sólo la vive la comunidad católica en la China continental, en el Santuario de Sheshan, sino también por las comunidades chinas que viven en diferentes partes del mundo, a las que se suman con frecuencia muchos católicos locales. De tal modo que desde hace 10 años, el 24 de mayo es una ocasión de encuentro y de testimonio, en el que se reza en todas las latitudes, en particular unión espiritual con la Iglesia en China, manifestando la universalidad de la Iglesia y la comunión con el sucesor de Pedro. Lo ha recordado el Papa Francisco al final del Regina Coeli de este domingo 21 de mayo: “El próximo 24 de mayo todos nos uniremos espiritualmente a los fieles católicos en China, en la conmemoración de la Bienaventurada Virgen María “Auxilio de los Cristianos”, venerada en el santuario de Sheshan, en Shangai. A los católicos chinos les digo: Levantemos la mirada hacia María nuestra Madre, para que nos ayude a discernir la voluntad de Dios acerca del camino concreto de la Iglesia en China y nos sostenga para acoger con generosidad su proyecto de amor. María nos alienta a ofrecer nuestra contribución personal para la comunión entre los creyentes y por la armonía de la entera sociedad. No nos olvidemos de testimoniar la fe con la oración y con el amor, manteniéndonos siempre abiertos al encuentro y al diálogo”. A la Virgen María, los fieles chinos en todo el mundo, y cuantos se unen a ellos en la oración, piden la ayuda y la fuerza necesarias para ser siempre y por doquier testigos del Señor Jesús, convirtiéndose en instrumentos de paz, armonía y progreso en la sociedad y en la Iglesia. Que la intercesión de María nos ayude a todos a hacer la voluntad de Dios porque, siguiendo las enseñanzas del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia, cada uno pueda mantener siempre viva la llama recibida en el día del bautismo: luz de la fe, de la esperanza y del amor cristiano que arde en nuestros corazones, por el cual estamos llamados a iluminar nuestro camino y el de tantos hermanos y hermanas. (SL) (Ciudad del Vaticano Agencia Fides – 23/5/2017) |
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