El exceso de redes sociales puede ser una razón. Aquí 5 maneras de ayudar a nuestras hijas
Nicole Zelli, aleteia
A Sarah, una madre que conozco, le preocupa que el que su hija adolescente use el teléfono constantemente sea un problema. “Parece tan distante, incluso aunque estamos en la misma casa. Siempre está con su teléfono, en un mundo del que yo no formo parte. No sé cómo conectar con mi propia hija”.
¿Os resulta familiar? ¿Os han pasado por la mente pensamientos así más de una vez? Ni Sarah ni vosotros estáis solos. Conectar con vuestro hijo adolescente siempre ha sido un desafío, pero no hay duda de que los smartphones y los medios sociales han añadido más obstáculos. Y con unos índices de depresión en adolescentes subiendo como la espuma en los últimos 10 años, sobre todo en chicas, la necesidad de que los padres mantengan una buena conexión con sus hijos es más importante que nunca.
En solo 10 años, la depresión en adolescentes ha aumentado notablemente y los índices entre chicas han alcanzado ahora picos históricos. Un estudio en Estados Unidos examinó a jóvenes durante periodos de 12 meses: la depresión incrementó entre las chicas de aproximadamente un 13% en 2005 a casi un 17% en 2014. El incremento fue mucho menor entre los chicos, de un 4% aproximadamente en 2005 a cerca de un 6% en 2014.
Y estas cifras se dan excluyendo factores de riesgo, como la situación económica familiar y el abuso de drogas. El estudio de la Universidad John Hopkins no logró identificar con éxito otros factores de riesgo que pudieran contribuir a este agudo aumento en la depresión, pero los autores insinuaron una potencial relación con el uso de la tecnología y los medios sociales, en particular entre chicas adolescentes.
Las adolescentes de hoy en día están más conectadas que nunca tecnológicamente, pasan cada vez más tiempo comunicándose con sus iguales a través de mensajes de texto, redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea. Y ¿cuál es el género que, según los estudios, tiene un mayor uso de medios sociales visualmente orientados, como Instagram y Snapchat? Las chicas.
“La tecnología y los medios sociales envían recordatorios constantes de cuál debería ser tu aspecto, tu forma de hablar, de vestir”, afirma Marion Wallace, psicóloga infantil y adolescente y profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad de Alabama.
“Hay un estereotipo tácito, uno que no es realista ni sano”. Wallace explica que esos recordatorios constantes pueden conducir a las adolescentes a sentimientos de insuficiencia y desesperanza. “Ayudar a nuestras jóvenes a conceptualizar su valía en ámbitos más allá de la atracción física es el primer paso en el desarrollo de una autoestima alta y estable y en la lucha contra la depresión”.
En esta cultura hiperconectada y saturada de medios de comunicación, distraerse puede convertirse una sencilla herramienta de supervivencia en momentos de estrés. Aunque puede ayudar a las chicas a sentirse mejor y menos tensas en el momento, en última instancia no aborda la raíz del estrés y la depresión.
Pero todavía no tiréis por la ventana los dispositivos móviles de vuestros adolescentes (para muchas familias eso es algo impracticable). Integrar estos consejos, pequeños pero poderosos, puede ser un gran paso hacia enseñar a vuestras hijas a equilibrar el uso de la tecnología con el bienestar mental.
- Momentos familiares sin tecnología
Los padres deberían ser modelos de comportamiento sano para la interacción y la comunicación. Esto significa desconectar de los dispositivos y conectar de verdad cara a cara. Puede ser algo tan sencillo como establecer una política de no pantallas durante la cena.
Seguro, parece sencillo, pero los dispositivos electrónicos se han infiltrado en las actividades familiares. Los niños aprenden a comunicarse, interactuar, expresar sus pensamientos y sentimientos observando a sus padres. Este aprendizaje no se detiene en la adolescencia. Además, implementar ratos sin tecnología abre una puerta a que las adolescentes puedan revelar unos pensamientos y emociones que de otra forma no expresarían. Lo importante es establecer un límite y ceñirse a él.
- Alentar límites autoimpuestos al uso de tecnología
Habla a tu adolescente sobre la importancia de establecer sus propios límites con el empleo de la tecnología. Anímala a que mantenga un análisis de su estado de ánimo y nivel de estrés mientras usa los dispositivos y que reconozca los indicios de que necesita un descanso.
Este tipo de autoseguimiento facilitará a tus hijas adolescentes una consciencia de las potenciales influencias negativas de la tecnología. También ofrece oportunidades para practicar la prudencia, el autocontrol y la reflexión. Invitadlas a establecer un límite de tiempo razonable para el uso de tecnología a lo largo del día.
- Educar en expectativas saludables en el uso de las redes sociales
No permitáis que las redes sociales se conviertan en una parte demasiado importante de la identidad propia de vuestras adolescentes. La práctica de la comparación podría influir en la forma en que las adolescentes interpretan los mensajes en las redes que, como sabemos, influyen en factores de la autopercepción, como la imagen corporal.
Explicadles cómo las redes sociales en su vasta mayoría muestran una imagen sesgada de una persona que no siempre está basada en la realidad. Debatid la importancia de la moderación en el uso de las redes sociales como una herramienta de comunicación, destacando tanto los aspectos positivos como los negativos.
Las redes sociales pueden ser una forma fantástica de que vuestras adolescentes estén conectadas con sus amigos y compartan sus experiencias, pensamientos y emociones. Sin embargo, las redes sociales deberían ser siempre un suplemento, no un reemplazo, de las relaciones en la vida real. Animad a vuestras adolescentes a seguir dedicando tiempo de calidad en persona con sus amigos y a que participen regularmente en actividades que fomenten un crecimiento personal positivo, como un retiro espiritual.
- Enseñar estrategias de gestión de estrés y de adaptación
La práctica de sencillas técnicas de meditación y consciencia personal pueden ayudar también a las adolescentes que sufran estrés debido a las redes sociales a reconocer los pensamientos como simples pensamientos, no como toda una identidad.
Al animar a vuestras adolescentes a practicar regularmente técnicas meditativas de autoconsciencia personal —como centrarse en la experiencia física de la respiración, la relajación muscular progresiva o la concentración en la oración— pueden guiar su atención lejos de los pensamientos negativos y las preocupaciones, incrementar la tolerancia a emociones incómodas y ayudarles a permanecer centradas en el presente.
- Vigilar cambios de comportamiento y buscar ayuda
Si percibís que vuestra hija adolescente parece más irritable o triste de lo habitual, más introvertida, insociable, si tiene cambios en sus hábitos de sueño o de apetito o experimenta algún otro cambio de comportamiento significativo, no dudéis en hablar con ella al respecto.
Abordad directamente estas preocupaciones con vuestras hijas adolescentes y hablad con su médico o con un profesional titulado de la salud mental. Hay múltiples tratamientos de gran utilidad para la depresión; la ayuda de un profesional puede prevenir una escalada de los síntomas.
Probad estos consejos en casa y recordad que tenéis que mantener siempre abiertas las líneas de comunicación con vuestros adolescentes.
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