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martes, 1 de septiembre de 2020

La primera pandemia mundial «no es el Covid, es el divorcio», recuerda el psiquiatra Enrique Rojas

Enrique Rojas alerta del mal que la pornografía está causando a la familia
Enrique Rojas alerta del mal que la pornografía está causando a la familia


El doctor Enrique Rojas es toda una institución en el ámbito de la psiquiatría en España. A sus 73 años ha sido catedrático, director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas y presidente de la Fundación Rojas-Estapé, además de un ferviente católico.
En una entrevista de preguntas y respuestas cortas con Salvador Sostres en ABC, Rojas habla de sexualidad, matrimonio, familia y felicidad. Todo ello marcado por su gran experiencia profesional y su profunda espiritualidad.
El mal de la pornografía
De este modo, habla de la pornografía como “la educación sentimental de nuestra era” y recuerda que “en más de la mitad de las parejas rotas el hombre es consumidor de pornografía y le pide a su esposa que haga lo que ve por internet”.
En esta situación, Enrique Rojas cree que “existe en el hombre, no en la mujer, una gran inmadurez sentimental”. Aunque reconoce que “el paradigma ha cambiado” insiste en que “hoy el sexo es un bien de consumo”.
“Pero aún el amor, fingiendo amor, lo que busca es sexo; y aún la mujer, ofreciendo sexo, lo que busca es amor”, añade.
Preguntado sobre la liberación sexual, Rojas señala que “es una libertad sin sentimiento de culpa. Es el ‘yo puedo hacer con mi cuerpo lo que quiera’. Esto lleva al vacío, es una libertad enloquecida”.
La pandemia del divorcio
Por ello, recuerda a Salvador Sostres que una “sexualidad sana es el lenguaje del amor comprometido”. O dicho de otro modo: “Existe un gran pánico al compromiso. Sólo quien es verdaderamente libre es capaz de comprometerse”. 
Siguiendo esta argumentación, la primera pandemia mundial “no es el Covid, es el divorcio”, explica este doctor.
Y ante una cantidad de divorcios tan alta como la que se da en España, Rojas apuesta por “aprender a perdonar”. “No hay felicidad conyugal sin olvido. No hay perdón sin olvido. La fórmula del amor: buena salud y mala memoria”, asegura.
ReL

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