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| Parábola del Gran Banquete, Pintado por El Monogramista de Brunswick (activo a mediados del siglo XVI), Pintado hacia 1525, Óleo sobre tabla © Museo Nacional, Varsovia |
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Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Envió a sus siervos a llamar a los invitados, pero no quisieron venir. A continuación envió a otros siervos. "Decid a los que han sido invitados", dijo, "que tengo mi banquete preparado, mis bueyes y mi ganado cebado han sido sacrificados, todo está listo. Venid a la boda". Pero no les interesó: uno se fue a su granja, otro a sus negocios, y el resto agarró a sus sirvientes, los maltrató y los mató. El rey se puso furioso. Envió sus tropas, destruyó a aquellos asesinos y quemó su ciudad. Luego dijo a sus siervos: "La boda está preparada; pero como los que fueron invitados resultaron ser indignos, id a los cruces de la ciudad e invitad a la boda a todos los que encontréis." Así que estos siervos salieron a los caminos y reunieron a todos los que pudieron encontrar, tanto malos como buenos; y el salón de bodas se llenó de invitados. Cuando el rey entró a ver a los invitados, se fijó en un hombre que no llevaba traje de boda, y le dijo: "¿Cómo has entrado aquí, amigo mío, sin traje de boda?". Y el hombre guardó silencio. Entonces el rey dijo a los asistentes: "Atadlo de pies y manos y echadlo a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes". Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos". |
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Comentario
“Venid al banquete de bodas”
Las mujeres no están tan íntimamente unidas a sus maridos como lo está la Iglesia al Hijo de Dios. ¿Qué esposo, si no es Nuestro Señor, ha muerto jamás por su esposa, y qué esposa hay que haya jamás escogido a un esposo crucificado? ¿Quién ha hecho jamás el regalo de su sangre a su esposa, sino el que ha muerto en la cruz y sellado su unión nupcial con sus heridas? ¿Quién ha visto alguna vez muerto, yaciendo en el banquete de bodas y a su lado la esposa que le abraza para ser consolada? ¿En qué otra fiesta, en qué otro banquete, se ha distribuido a los invitados, bajo la forma de pan, el cuerpo del esposo? |
La muerte separa a las esposas de sus maridos, pero aquí une la Esposa a su Amado. Él ha muerto en la cruz, ha dejado su cuerpo a su gloriosa Esposa, y ahora, cada día, a su mesa, ella toma su alimento… Se alimenta bajo la forma de pan que come y bajo la forma de vino que bebe, para que el mundo reconozca que ya no son dos, sino uno solo. (EDD) |
Oración-Exhortación
¡Qué Jesús nos haga comprender esta parábola, que va también ahora para nosotros! ¡No busquemos sino revestirnos de Jesús, dejarnos cubrir por su gracia que es poderosa para salvarnos, y así, con esta Luz, Jesús mismo nos introducirá en lo secreto y más profundo de sus misterios y de su amor y beberemos el vino nuevo en su Reino!... (Dominicas Lerma)
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