Evangelio según San Lucas 17,11-19.
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. |
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia |
y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!". |
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados. |
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta |
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. |
Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? |
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?". |
Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado". |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Santa Faustina Kowalska (1905-1938) |
"Se arrojó a los pies de Jesús, dándole gracias."
Te agradezco, oh Dios, por todas las gracias. |
De las cuales me colmas continuamente, |
Las que me iluminan como los rayos de sol, |
Y con las cuales me indicas el camino seguro. |
Gracias, oh Dios, por haberme creado, |
Por haberme llamado a la existencia de la nada, |
Y por grabar en mí Tu divino sello, |
Y lo has hecho únicamente por amor. |
Gracias, oh Dios, por el santo bautismo, |
Que me insertó en la familia divina, |
Es un gran e inconcebible don de la gracia, |
Que nos transforma las almas. |
Gracias, oh Señor, por la confesión, |
Por esta fuente de grandísima misericordia, |
Que es inagotable, |
Por este manantial inconcebible de gracias, |
En el cual blanquean las almas manchadas por el pecado. |
Gracias, oh Jesús, por la Santa Comunión, |
En la cual Tu Mismo Te nos das. |
Siento Tu Corazón latir en mi pecho, |
Mientras Tu Mismo desarrollas en mí la vida divina. |
Gracias, oh Espíritu Santo, por el sacramento de la confirmación, |
Que me arma Tu caballero |
Y da fuerza al alma en cada momento, |
Y me protege del mal. |
Gracias, oh Señor, por el sacramento de la unción, |
Que me fortificará en los últimos momentos |
Para luchar y me ayudará a salvarme, |
Y dará fuerzas al alma |
para que podamos gozar eternamente. |
Gracias, oh Dios, por todas las inspiraciones, |
De las cuales me colma Tu bondad, |
Por estas iluminaciones interiores del alma, |
Que es imposible expresar, pero que el corazón percibe. |
Gracias, oh Santísima Trinidad, por esta inmensidad de gracias, |
De las cuales me has colmado incesantemente durante toda la vida. |
Mi gratitud crecerá al despuntar la eterna aurora, |
Cuando por primera vez entone Tus alabanzas. |
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