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sábado, 27 de noviembre de 2021

Especialmente para los que NO suelen ir a Misa los Domingos,

 Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa

La Carne de Dios es manjar para mí y la Sangre de Dios es bebida para mí.

Soy recibido al honor de la mesa celestial; para mis manjares no hace falta la lluvia, no se rotura la tierra, no dan fruto los árboles; para mi bebida no hay que buscar ríos ni fuentes. Cristo es para mí comida, Cristo para mí bebida: la Carne de Dios es manjar para mí y la Sangre de Dios es bebida para mí...

San Ambrosio, Doctor de la Iglesia
Sermón 18 n.26


Los principales frutos y beneficios del Santo Sacrificio de la Misa. 1

Los principales frutos y beneficios de este sacrificio están expresados en varios pasajes del canon de la Santa Misa, y son los siguientes:

1. El sacrificio de la Santa Misa honra a Dios con el máximo honor que Él pueda recibir, porque es su propio Hijo quien le tributa este honor al aniquilarse y al destruirse, en la medida que puede, para gloria de Dios. Y quienes asisten a la Santa Misa y tienen la dicha de participar en ella, también honran a Dios del modo más sublime que puedan hacerlo, mediante la unión que en ella tienen con Jesucristo.

San Juan Bautista de la Salle
Instrucciones y oraciones para la Santa Misa,
la confesión y la comunión 1,2,5-10

No puede haber ya penuria alguna.

A quien Dios hiciere rico, nadie hará pobre. No puede haber ya penuria alguna cuando el alimento celestial ha saciado una vez el pecho.

San Cipriano, Doctor de la Iglesia



El mismo pastor se ha hecho pasto para vosotros.

La turba en el desierto eran semejantes a ovejas sin pastor Mt 9,36. Se les dió un pasto compasivo que les multiplicó el alimento de pan Mt 15,32-38. Dichosos sois, oh vidas integras, corderos marcados por Cristo, que habéis sido hechos dignos del cuerpo y de la sangre. El mismo pastor se ha hecho pasto para vosotros.

San Efrén, Doctor de la Iglesia



Comí mi pan con mi miel, y bebí vino con mi leche.

¿Quién más noble que Cristo, que el convite de su Iglesia él mismo sirve y es servido? Échate sobre el costado de este convidado recostado, y únete a Dios; no muestres disgusto de la mesa que Cristo escogió, diciendo: Entré en mi huerto, esposa, hermana mío; vendimié la mirra con mis aromas, comí mi pan con mi miel, y bebí vino con mi lecheCant 5,1.

San Ambrosio
Doctor de la Iglesia




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