Evangelio según San Lucas 19,1-10.
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. |
Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. |
El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. |
Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. |
Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". |
Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. |
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador". |
Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más". |
Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, |
porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido". |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Beato Juan van Ruysbroeck (1293-1381) |
“...hoy tengo que alojarme en tu casa.”
Las personas de las cuales te acabo de hablar, se parecen a Zaqueo. Desean ver a Jesús para saber quién es, y por eso se quedan cortos todo razonamiento y toda luz natural. Avanzan, pues, delante de toda la multitud y de la dispersión de las criaturas. Por la fe y el amor suben por encima de su pensamiento, allí donde el espíritu permanece lejos del afecto a toda imagen y libre de todo. Es allí donde Jesús es visto, reconocido y amado en su divinidad. Porque él está siempre presente en todos los espíritus libres y elevados que, amándole, han sido elevados por encima de ellos mismos. Es allí que desborda plenamente en dones y gracias. |
Y sin embargo, dice a cada una de ellas: “Baja enseguida, porque una libertad de espíritu elevado no puede permanecer allí si no es gracias a un espíritu de humilde obediencia. Porque es necesario que me reconozcas y me ames como Dios y como hombre, a la vez elevado por encima de todo y abajado por debajo de todo. De tal manera que tú podrás saborearme cuando yo te eleve por encima de todo y más allá de ti mismo, en mí, cuando tu te abajes por debajo de todo y de ti mismo, conmigo y por mí. Es entonces que vendré a tu casa, permaneceré en ella y viviré allí contigo y en ti, y tú, conmigo y en mí.” |
Cuando alguien conoce esto y lo saborea siente en sí, baja rápidamente, y no se estimando en nada sino con corazón humilde, decepcionado de su vida y de todas sus obras, se dice: “Señor, yo no soy digno, sino muy al contrario, en la morada de mis pecados que son mi cuerpo y mi alma soy indigno de recibir tu cuerpo glorioso en el Santísimo Sacramento (Mt 8,8). Pero tú, Señor, dame tu gracia y ten piedad de mi pobre vida y de todos mis fallos.” |
Oración
POR ESO VENGO HOY ANTE TI PARA PEDIRTE QUE ENTRES EN MI CORAZÓN, TE INVITO A QUE ENTRES EN MI VIDA, CREO EN MI CORAZÓN QUE TU ENVIASTE A TU ÚNICO HIJO JE SUS A LA TIERRA PARA MORIR POR MI EN UNA CRUZ, Y QUE SU SANGRE LIMPIA TODOS MIS PECADOS Y QUE EL NO SOLO MURIÓ SINO TAMBIÉN TU LE LEVANTASTE DE LOS MUERTOS. QUE PUEDA RESUCITAR YO TAMBIÉN. AMÉN.
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